Parece ser que los meteoritos, según los más reputados centros astronómicos del mundo mundial, se dejan caer donde les sale de sus redaños. Pues mire usted por dónde, a más de 48.000 kilómetros por hora penetró ayer uno de ellos en el cielo ciudadrealeño y aterrizó en Sierra Morena. Se espera que la roca incandescente, aún sin localizar, no haya impactado sobre uno de los pocos linces que nos quedan.
En cualquier caso, hay por ahí quien dice que los meteoritos son una especie de “Señal”. En esta ocasión y sin pretenderlo, el meteorito convirtió a dos de nuestras aldeas en protagonistas estelares de los informativos nacionales: la Aldea de Ventillas, de la España Vacía, pedanía de Fuencaliente. Y Las Tiñosas, de la España Maltratada y Desahuciada del Mapa, pedanía de Solana del Pino.
Para algunos, cuyas vidas se hayan vinculadas a este tipo de aldeas, sería una “Señal” mucho más convincente que llegara un camino digno, que llegara la electricidad (¡sí, sí, la electricidad!), la limpieza del cauce del río Montoro para evitar inundaciones en sus casas, cobertura telefónica… Que llegara, en definitiva, algo de interés por parte de las autoridades, en vez de la ocasión tan fugaz de un meteorito que pasado mañana todos habremos olvidado. En fin, no seamos tan escépticos. Como decía aquel: “yo no creo en las Señales, pero haberlas haylas.”
