Cuando a principio de verano, pude contemplar la colocación de una serie de toldos con cables y tensores, en las fachadas de los pisos de varias calles peatonales del centro de Puertollano, y desde la experiencia que me daba el haber estado durante más de TREINTA años ejerciendo en ésta localidad y alrededores el oficio de toldero, tengo que reconocer que no daba crédito a lo que estaba viendo.
Recuerdo que en la calle Aduana ya se habían instalado una especie de velas sujetas como he dicho al principio de manera “chapucera” y sobre todo poco ESTETICA, había un entramado de cables más propio de una ciudad lusa, en la que todavía existen los tranvías.
Lógicamente al no tener la misma altura los edificios de la calle, tuvieron que suplirla poniendo más cables todavía y más taladros en las fachadas con sus pernos y tensores correspondientes.
De repente me vinieron a la mente varias preguntas que no he tenido ocasión de hacerlas a los responsables de ésta “ocurrencia”.
: ¿Estaban informados los Presidentes y propietarios de los edificios afectados de lo que les iban a “encasquetar”?
¿Estaban informados los técnicos municipales de la manera en que dichos toldos iban a ser colocados?
¿Pensaron en algún momento los miembros de la anterior corporación, si realmente era una inversión tan necesaria, máxime si tenemos en cuenta que el ayuntamiento de Puertollano es uno de los más endeudados del País?
¿Existían los permisos legales, técnicos y estudios de resistencia de los materiales para llevar a cabo una instalación de esa envergadura?
¿Estuvieron los técnicos municipales supervisando las instalaciones, y si estuvieron, en qué estaban pensando, cuando vieron el desarrollo de las mismas?
¿Por qué cuando empezaron a desprenderse las primeras baldosa de las fachadas, no se paralizó la colocación del resto de toldos que faltaban por poner?
¿Por qué los propietarios de las viviendas afectadas, estuvieron tan “sumisos” viendo lo que les estaban haciendo en las fachadas de sus casas y no digamos a los que viven en los pisos superiores?
¿Por qué los técnicos no previeron los riesgos que conlleva la colocación de velas de dimensiones considerables, en caso de una tormenta de verano y de fuertes vientos?
¿Tuvieron en cuenta, que en caso de lluvia, los toldos que estaban a nivel y al no tener ningún tipo de drenaje, se llenarían de agua hasta arrancar los tensores de las fachadas, y parte de esa agua iba a entrar en las terrazas superiores?
¿La empresa instaladora se ha hecho cargo de los daños ocasionados y los que puedan ocasionar por la caída a la calle de elementos de las fachadas?
Yo sí tenía claro desde el principio, lo que iba a terminar ocurriendo, y no porque sea más listo que nadie, era tan sólo una cuestión de sentido común, y que al parecer, el mismo brilla por su ausencia en los técnicos municipales.
Por todo ello, cuando hace un mes he visto cómo se procedía a quitarlos radicalmente, dejando todos los anclajes en las fachadas, decisión que la ha tomado la nueva corporación, pienso que es porque no desechan la idea de volver a ponerlos, lo que considero un grave error.
Por supuesto que no eximo de responsabilidad, a los nuevos dirigentes municipales, que aunque el proyecto de la colocación de los toldos en las calles, al igual que la obra famosa del Paseo San Gregorio se debe a la anterior corporación, no por ello, reitero una vez más, dejan de tener responsabilidad, porque ya estaban en el gobierno municipal, cuando empezaron a colocar los toldos en las calles.
Espero y deseo que todo lo ocurrido haya servido para que tomen nota los nuevos dirigentes de lo que no se debe hacer, y sobre todo los TÉCNICOS municipales responsables hagan bien su trabajo, -que para eso cobran-, y no permitan que ocurran situaciones de éste tipo, en la que está en juego la vida de los transeúntes.
Señor Alcalde, le deseo que tenga más acierto en sus gestiones y decisiones que su antecesor e incluso su antecesora, y al menos nos informe a los ciudadanos con antelación de sus proyectos para ésta ciudad y no malgaste ni dilapide el dinero de las arcas municipales, cómo si lo han hecho sus antecesores durante muchos años, a los que no les importaba hacer obras inútiles posiblemente porque pensaban al igual que una ministra de Cultura socialista que el dinero público no era “de nadie” y gracias a ellos hoy tienen que pedir préstamos para pagar entre otras cosas, sentencias judiciales.
FDO: JOSE LUIS GUIJARRO BARBA
