El pasado viernes día quince, nos apuntamos a la llamada a este espectáculo “Desconcerto”. Íbamos como a una cita a ciegas. Solo intuíamos lo básico, música y algo de humor, pero ¿sería lo suficientemente bueno como para merecer la pena?
Cuando llegamos al auditorio, nos encontramos una buena entrada en anfiteatro y alrededor de media entrada en patio de butacas. Eso nos hizo sembrar la duda sobre nuestra pregunta inicial. Pero la duda se disolvió en unos instantes. Solo tuvo que abrirse el telón…
A partir de ahí, se nos mostró un espectáculo ingenioso y de alto nivel musical.
Un buen grupo de virtuosos de instrumentos de cuerdas nos deleitó con una representación en la que se mezclaba un alto nivel músical, un toque de humor y una interacción con el público asistente, a los que nos metieron en el bolsillo rápidamente. Dificilísima la ejecución que pudimos disfrutar… Los buenos músicos, solemos encontrarlos en buenas orquestas, sentados, dirigidos por su director. En ocasiones, en las orquestas, se presentan solistas que también a veces, se distinguen tocando de pie. Nada que ver con esto… Para empezar no vimos en el escenario en ningún momento una sola silla. Y no solo eso, sino que vimos un buen grupo de músicos que sonaban de forma impresionante y que no paraban de moverse por el escenario bailando coreográficamente a una velocidad inusitada con sus violines, violonchelos, etc., lo que hacía más sorprendente la puesta en escena ya que no solo mostraban una gran forma física, sino también un dominio absoluto sobre sus instrumentos.
A esto, sumen el toque de humor y la interacción en todo momento con el público y el final no podía ser otro… Éxito total con el respetable puesto en pie y varios minutos de aplausos.
A la salida del auditorio, los comentarios de la gente erán unánimes: “sorprendente y da gusto ver espectáculos así…”.Todo un acierto de la Concejalía de Cultura a la que quiero dar las gracias por todo lo ofrecido durante este verano y por este espectáculo. Buen trabajo.Todo ello nos invita a confiar en el buen hacer con la cultura en Puertollano.
Luis Fernando Mora
