Yotatutyo: mito y epopeya. Sermón chamánico de bienvenida en Sierra Morena

Son las 14:09 del Viernes, 3 de Mayo del 2024.
Yotatutyo: mito y epopeya. Sermón chamánico de bienvenida en Sierra Morena
Sermón chamánico de bienvenida en Sierra Morena 
(Tal como lo escuchamos en 1845 a. C.) 
     Hoy nos reunimos en este lugar para perpetuar el círculo inmortal. Hemos llegado dejándonos guiar por los sonidos en derredor que nos orientan a lo largo del camino, que nos llevan de la mano hasta nuestro destino, tal como lo hace esa garganta pétrea y austral que siempre responde solícita a nuestra voz, como la chorrera que no cesa de destilar ecos de fertilidad, como el autillo que marca el pulso oscuro de la senda, alumbrada por el canto esclarecedor del ruiseñor.
     Estáis aquí todos los nacidos en los valles meridionales a la sombra de regios farallones erigidos en piedra. Sabed que vuestros nombres acarrean la esencia de estos enclaves. ¡En vosotros están! Sabed que es aquí donde el espacio y el tiempo se trenzan, donde nos reconocemos como “nosotros”. Es justo aquí donde, cada vez que nos reunimos, el tiempo se detiene, donde comenzamos de nuevo haciendo reversible el ciclo, volviendo a los días de nuestros ancestros, a nuestro origen, a vivir la ilusión de trascender el trascurso de las cosechas, de aquietar por un breve instante la alternancia, la dinámica pendular del día y la noche, el vaivén de la lluvia y la sequía, del frío y del calor, de la muerte y la vida.
     ¡Ya resuenan a lo largo de los valles los tambores de Pajonar y de Cepera, de Gavilán y Valhondo! ¡Ya centellean las llamas de nuestros hogares en cimas, valles y laderas! ¡Ya entonan cánticos de peregrinos recién arribados! Todo sea por conmemorar “La Era de Yotatutyo”, Aquel que traspasó el umbral, que caminó a través de la fría pared de la Cueva para alcanzar la dimensión del agua clara y el infinito viento. 
     ¡Yotatutyo!, Aquel que NO murió, sino que transmutó en Entorno. El que colma los ríos, el que vacía las nubes, el que da sabor a las carnes montunas, el que nos mostró cómo dejar de deambular para Hacernos Paisaje y para establecernos en estas Tierras que antes no tenían dueño ni nombre.
     ¡Yotatutyo! Con Él y por Él hemos aprendido a beber de los lugares y a crear horizontes nuevos que sacian nuestra hambre y sed, domando el agua, hallándola en las entrañas de la tierra, transformando áreas silvestres en jardines de fruto. Él nos enseñó a recoger al animal en el redil y servirnos de todo lo que el rebaño nos ofrece. Él nos enseñó a pulir el guijarro del volcán, a forjar la piedra en la más intensa llama del “Fuego Nuevo” de nuestro humilde volcán terrero, que da forma al barro y licúa la roca metálica.
     ¡Yotatutyo! Él vive inmerso en la intemperie y nos conmina a soterrar semillas para que por medio de nuestro trabajo percibamos con más intensidad el paso del tiempo. Ahora sabemos fragmentarlo en períodos, podemos olerlo, palparlo y sentir todo su poder vigorizante de renovada y nueva vida. Es por todo ello por lo que distinguimos estos lugares con la destreza de nuestras manos para enaltecer su nombre. Lugares que reconocéis y que os reconocen. Lugares en itinerarios, cuyos recorridos coreáis a los cuatro vientos con la lírica de los Lobos y la Golondrina, del Cervigón y el Abulagoso, de las Sierpes y la Aliseda, del Águila y del Oso.
     Ante vuestros ojos se muestra nuestra Historia, trazada en sus paredes hasta la eternidad de los tiempos. Que las emociones que se forman en nuestro pensamiento al observar estas imágenes, se rememoren una y otra vez en el pensamiento de generaciones venideras para poder seguir por siempre viviendo a través de ellas. Que así sea durante nuestro próximo evento, que igualmente acontecerá en esta isla de espacio y tiempo. Vivid una vida plena que desemboque en el ritual de “la Balada Astada” y “la Hoja Ocre”.