La segunda ruta del mes de octubre será por un paraje sorprendente; un lugar muy cercano a la localidad cordobesa de Villaharta, y que posee un “conjunto de manantiales conocidos como las Fuentes de Agua Agria debido al característico sabor de sus aguas con propiedades terapéuticas para un sin número de enfermedades, especialmente en el alivio de la diabetes y los cólicos nefríticos”.
Dispone, también, la localidad de Villaharta, de las ruinas de un antiguo balneario, el de Santa Elisa, y de un balneario moderno y en uso, el de “Aguas de Villaharta”.
Nuestra ruta visitará la Fuente de Malos Pasos, la Fuente del Cordel, la Fuente de la Lastrilla, la Fuente Agria, la Fuente de las Lastras, y la Fuente de San Rafael. La mayoría de ellas tiene un antiguo templete o quiosco, de diferente estilo y grado de conservación, que las alberga.
“Un personaje importante en la historia de estas fuentes fue Elias Cervelló y Chinesca. Este facultativo del Cuerpo Nacional de Obras Públicas a mediados del siglo XIX estuvo trabajando en la carretera Córdoba-Almadén y oyendo hablar a los lugareños de las propiedades curativas de las aguas de estas fuentes quiso adquirir los terrenos donde se localizaban los manantiales propiedad del Duque de Bervik y de Alba a lo cual se negó el aristócrata, comprándolas seis años más tarde en una subasta realizada en Madrid por el Duque D. Rafael Barroso, abogado cordobés, el cual le propuso explotarlas conjuntamente ya que su único hijo curó de sus dolencias gracias a esta agua. Se construyó un balneario formado por casitas, kioskos en los manantiales y el Hotel de Santa Elisa, donde se hospedaron importantes personajes de la historia como es el caso del ministro Romanones”.
“En 1876 se construyó la primera y modestísima fonda de Fuente Agria, situada en un enclave rodeado de bosque y matorral. D. Elías Cervelló trazó el pabellón del manantial, de forma octogonal, ejecutado en hierro y cubierto el suelo en mármol rojo. En el centro se encontraba la roca de la cual brotaba el manantial principal, cuyas burbujeantes aguas inodoras, claras y transparentes tenían un “sabor agrio y estíptico (sabor metálico astringente)” muy pronunciado”.
Las aguas de Villaharta fueron declaradas de utilidad pública en 1873 y el doctor Isidro Vázquez, fue nombrado por la Dirección de Sanidad para atender el servicio de este establecimiento. El agua de Fuente Agria (la única analizada), se consideró “por su composición, y por los efectos causados en diversos pacientes estudiados, superior a la de otros yacimientos de reconocido prestigio nacional: Marmolejo (Jaén), Puertollano (Ciudad Real) y Lanjarón (Granada), en incluso, internacional, concretamente Vichy (Francia), Porla (Suecia) y Espa (Bélgica)”.
Según el doctor Vázquez “en estas aguas predomina el ácido carbónico, los bicarbonatos alcalinos y el óxido férrico, existe más cantidad de óxido de hierro y bicarbonato de sosa, cal y magnesio que las de Marmolejo, Puertollano y Lanjarón, si se une a esto la presencia de ácido sulfúrico, cloro amoníaco y potasa (sustancias que no se hayan en las demás aguas de su clase), podemos afirmar que las aguas de Villaharta ocupan uno de los primeros puestos en todas las de su especie conocidas y estudiadas”.
“El doctor Joaquín Palacios, amigo del doctor Vázquez, estudió el efecto de las aguas en la diabetes sacarina que él mismo padecía y corroboró en varios pacientes que el agua de Fuente Agria curaba afecciones que otras de renombre nacional no lograron mejorar”.
“El doctor Vázquez, en la publicación sobre las Fuentes de Agua Agria, realiza un amplio informe sobre el aspecto medicinal de las aguas: “podemos decir que sus primeros efectos se hacen sentir en las funciones digestivas, produciendo una digestión fácil y rápida, despertando el apetito; en el sistema vascular, haciendo más frecuente y desenvuelto el pulso; en el aparato urinario, mejorando diversas afecciones (clorosis, anemia, hemorragias pasivas; en los accidentes histérico espásmicos, neuralgias, metrorragias, dismenorrea, leuconea, hidropesia e infartos viscerales); también actúan contra la esterilidad, porque curan la clorosis y desarreglos menstruales que la originan”.
Por su carácter medicinal se le otorgaron las medallas de bronce y plata en la Exposición Farmacéutica de Madrid (1882) y en la Universidad de Barcelona (1888) respectivamente. Una década después Fuente Agria de Villaharta contaba con depósitos de distribución en España y algunas capitales del extranjero.
Pero Fuente Agria no era el único venero medicinal. A la sombra de su bien ganada fama y auge, que coincide con el reinado de Alfonso XIII, se reactivó el uso de multitud de fuentes agrias de similar composición y utilidad. Ahí estaban, entre otras, las de La Salud, Malospasos, La Boca del Infierno, La Lastrilla, Los Angelitos, Del Cura, El Cordel y San Rafael, deliciosos veneros”.
En definitiva, se trata de una ruta sorprendente por sus fuentes, y que para probarlas, casi todas, aconsejamos llevar un jarro con el que degustar cómodamente estas aguas medicinales.
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