En el curso de relojería que imparte Santos Aparicio en el Museo Municipal de Puertollano desde hace dos años, las horas pasan volando porque él y sus once alumnos se meten tanto en el papel, disfrutan tanto que se olvidan de todo (reportaje en audio adjunto).
Santos Aparicio es uno de los pocos relojeros que quedan en Puertollano. Su inquietud, ilusión y pasión por los relojes le ha llevado a querer contar lo que sabe a un grupo de aficionados, apasionados de la mecánica que se recrean cambiando piececitas y absorbiendo conocimientos.
Trabajan con relojes muy antiguos, tanto que los más nuevos rondan los 50 y 100 años.
Jubilados o trabajadores, a todos los alumnos les une la pasión por este mundo a pesar de no descender de familia relojera.
La relojería es un arte en miniatura, un arte que han expuesto en la Planta baja del Museo para que todo el que lo desee pueda apreciarlo de cerca. Es la segunda vez que el Museo acoge está exposición de relojes. Fue tanto el éxito de la primera que han tenido que repetir y puede verse hasta finales febrero en la planta baja.
Fuente: La Voz de Puertollano