Con 72 años y trabajando desde los 7, José Cenizo ha vivido siempre entre el carbón, el corcho y la leña y ha comprobado a lo largo de las décadas el progresivo abandono del monte y cómo se extinguen algunos oficios ancestrales. Pero ni se arrepiente de nada ni añora tiempos pasados ni piensa que las formas de vida hayan cambiado para peor y a pesar de las heridas y de las múltiples cicatrices de su cuerpo, Pepe "El Cenizo" sólo tiene agradecimientos para su familia, para sus amigos, sus vecinos y para las administraciones. "Yo he vivido feliz; esta es mi vida y nunca me he arrepentido de nada", dice a EFE en el Parque Natural de los Alcornocales (Cádiz) mientras asiste al tradicional descorche en una de las fincas que le han adjudicado.
EFE