Cervantes se inspiró en las minas romanas de Lapis Specularis para bautizar al bachiller Sansón Carrasco con el sobrenombre de Caballero de los Espejos

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Son las 15:25 del Jueves, 18 de Abril del 2024.
Cervantes se inspiró en las minas romanas de Lapis Specularis para bautizar al bachiller Sansón Carrasco con el sobrenombre de Caballero de los Espejos

Cervantes en la narración de la aventura del Caballero de los Espejos sigue su regla general de incluir pistas o datos relacionados con el lugar donde sitúa a sus personajes.

De esta aventura da bastantes pistas como para situarla en Osa de la Vega, así es lógico que desde El Toboso y con la intención de llegar a Zaragoza pasase por Los Hinojosos y Osa de la Vega.

Entre Los Hinojosos y Osa de la Vega tuvo lugar la aventura del carro de la Muerte y el altercado con el bojiganga.

Después de los anteriores episodios, D. Quijote y Sancho siguen su camino a Zaragoza, pero la noche se acerca, así que sería bastante lógico que pasasen la noche en el pueblo más próximo situado al Norte de Los Hinojosos, Osa de la Vega.

A las afueras de Osa, existen unas vegas bañadas por el río Montreal, donde en la actualidad vegetan unos grandes árboles, lo que no es propio en estas áridas zonas. Árboles que llaman la atención y que pudiera ser que también en tiempos de Cervantes vegetasen en el mismo lugar tan exageradamente como él nos cuenta:

 “La noche que siguió al día del encuentro de la Muerte la pasaron Don Quijote y su escudero debajo de unos altos y asombrosos árboles” (II, 12).

Aquí, en Osa de la Vega, vendría a pelo lo que narra Cervantes sobre el amor entre animales, comparándolos con el amor de Niso y Eurialo y de Pilades y Oreste, pues Osa de la Vega forma parte de los territorios del Marquesado de Villena, y posiblemente, Cervantes, pretendía recordarnos las relaciones homosexuales entre Juan Pacheco y Enrique IV.

 “Y así lo hizo Sancho, le dio la misma libertad que al rucio, cuya amistad de él y de Rocinante fue tan única y tan trabada,[…] y escribe que así como las dos bestias se juntaban, acudían a rascarse el uno al otro, y que, después de cansados y satisfechos, cruzaba Rocinante el pescuezo sobre el cuello del rucio […]Digo que dicen que dejó el autor escrito que los había comparado en la amistad a la que tuvieron Niso y Eurialo, Pilades y Orestes (II, 12).

Grandes árboles situados en las riberas del río Monreal y afueras de Osa de la Vega.

En Osa de la Vega, junto a los grandes árboles, pudo tener lugar el encuentro con el Caballero de los Espejos, también llamado Caballero del Bosque e incluso Caballero de la Selva.

Durante la narración del encuentro de don Quijote con el Caballero del Bosque, estamos pensando que don Quijote-Cervantes le da ese sobrenombre al Caballero del Bosque por el lugar donde están, un bosque, que estamos situando en Osa de la Vega.

Lo que no suponemos es que el sobrenombre de los Espejos se lo da por la misma razón, porque estaban en las tierras del Lapis Specularis (piedra especular o espejuelo, espejillo).

En Osa de la Vega hubo dos importantes enclaves mineros donde se explotaba el Lapis Specularis (el cristal romano), el de “Las Obradas” y el de “La Vidriosa”.

De estas minas Cervantes tuvo conocimiento, lo que le sirvió para apodar al bachiller Sansón Carrasco como Caballero de los Espejos y para incluir en la narración de su novela una pista evidente de donde estaban localizados sus personajes, por lo que en este caso se puede concluir que el lance de don Quijote con el Caballero de los Espejos está ambientado en Osa de la Vega.

Después  de la batalla, don Quijote y Sancho siguieron andado de nuevo hacia Zaragoza.

 Por el camino intenta adelantarlos el Caballero del Verde Gabán pero se queda al paso de D. Quijote y lo invita a comer a su casa, lo que hace que D. Quijote abandone el camino a Zaragoza y siga la ruta del Lapis Specularis, pues por el pueblo del Caballero del Verde Gabán, Santa María del Campo Rus, cruzaba  la calzada romana Complutum a Carthago-Nova por la que se transportaba a Roma el Lapis Specularis ya procesado.

 José Arias Mora