Empezó a sonar con fuerza en las pasadas fiestas del Santo Voto, cuanto vendieron en apenas cuatro horas más de 2.000 croquetas. También fueron los organizadores de la rosquillada que se celebró en el marco de esas mismas fiestas.
Y ahora, continúan haciendo pequeños catering y elaborando dulces y croquetas desde su local en la calle San Feliciano número 3, en cual están reformando.
Las de jamón ibérico son las preferidas, pero también elaboran croquetas “de esas con una bechamel ligerita, para que el interior sea cremoso y el exterior crujiente”, de beicon, pistacho y dátiles, de setas o de gambas al ajillo, pero próximamente harán de pollo al curry y de gachas manchegas.
El ingrediente estrella “el cariño que Ignacio pone cuando las hace, disfruta con esa labor” y eso, en el sabor, se nota.
Las venden al público, normalmente congeladas para que el cliente las fría en su casa, aunque también las sirven ya preparadas, lista para consumir.
Melón, plátano y sandía han sido las frutas que han disfrutado los menores. Calso apunta a la importancia de promover su consumo desde las edades más tempranas por las bondades nutritivas que añade a la práctica deportiva