Empeora la salud mental de los jóvenes
“Se observan jóvenes que no saben resolver problemas porque nadie les enseñó a hacerlo ” comenta Gema Isla, psicóloga. Entre las principales patologías que afectan a los jóvenes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el 4,6% de los adolescentes de 15 a 19 años padece un trastorno de ansiedad. También estima que el 2,8% padecen depresión. Isla menciona que “después de la pandemia ha aumentado el número de jóvenes que piden ayuda. Hubo ese punto de inflexión de quedarse en casa y observarse más”. Según el Sescam, las emergencias de la provincia ascendieron de 16 casos de intentos de suicidio en menores en el año 2019 a 192 en el año 2022.
Los centros educativos desempeñan un papel importante en la detección y prevención de problemas de salud mental. Sin embargo, despierta críticas y dudas la capacidad que estos tienen para ayudar a sus alumnos. Susana Estévez, directora del Colegio María Inmaculada de Puertollano, afirma que no sabe si son capaces de detectar algún problema en sus estudiantes pero sí que son conscientes de la importancia del problema y han activado medidas para mejorarlo. Javier García, profesor del centro, manifiesta que “ la cercanía que tiene el profesorado en el centro hace que el alumno se pueda abrir y buscar ayuda en algún cambio de clase o en el recreo”.
Conscientes de la necesidad de enseñar a sus alumnos a gestionar sus emociones en este centro han decidido implantar un programa de interioridad, Joaquín González, coordinador del programa durante el curso 2022-2023, explica que “ cada sesión se trabaja de una forma pero en todas hay un hilo conductor que es cómo el alumno gestiona sus emociones para consigo mismo y para con los demás”. Un proyecto que ya ha alcanzado este curso buenos resultados como la disminución de los conflictos y de la ansiedad, así como una mejora de las habilidades sociales de los alumnos.
Los jóvenes no sólo padecen patologías como la ansiedad o la depresión como resultado también tiene que hacer frente a su compleja relación con las redes sociales. Se estima que consumen entre tres y cuatro horas diarias, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en redes sociales como Tiktok o Instagram llegando a crear una dependencia que sustituye a otras más evidentes. Gema Isla comenta además que “ una solución que se puede aplicar a todas las edades es la autoevaluación” y explica que “cuando vean que están invirtiendo demasiado tiempo se las desinstalan. Se oxigenan y pasado un tiempo vuelven a instalarlas”.
Las cifras son preocupantes, sin embargo, cada vez son más las medidas que centros sanitarios y escolares toman para mejorar la situación. También son más los jóvenes que deciden contar su experiencia y transmitir esperanza. Pero para que la situación mejore y las cifras no continúen aumentando debemos cuidar y valorar nuestra salud mental, tanto como la física.
María Abengózar
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