“No toda la miel, por el hecho de ser miel, es de calidad” señala López en la entrevista. Al final, insiste López, la calidad de la miel estará en función de lo que coman las abejas (las abejas regurgitan el néctar que han recogido de las plantas, lo mezclan con sus enzimas y producen la miel).
Pone como ejemplo la miel de girasol. Hace unos años –explica López- los agricultores descubrieron que las plantas de semillas transgénicas de girasol no eran atacadas por la plaga de conejos que invadieron los campos de la Mancha, de ahí que entonces , para mantener su producción decidieran plantar semillas de plantas modificadas genéticamente.
“Qué tendrán artificialmente esas plantas, que ni los conejos las quieren” . En definitiva esa alteración natural, no solo le afecta a las abejas y a su producción de miel, sino que además la transmiten a través de su esencia a las colmenas. Por ello, López defiende como un plus de calidad la ubicación de sus colmenas en plena Sierra Madrona y Valle de Alcudia , donde toda la flora de la que se nutre su “ganado” es autóctona y libre de cualquier contaminante que pueda incidir negativamente en la calidad de los productos que vende. Este apicultor viene reivindicando desde hace años el “sello ecológico” en la miel cosechada .
En la entrevista Juan Ramón López comenta algunas peculiaridades de las abejas, desde la aprovechable forma exagonal de las celdillas de los panales a la organización de la comunidad con la reina, los zánganos y las abejas obreras.
Audios disponibles