El fuego y la Civilización

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Son las 21:43 del Jueves, 28 de Marzo del 2024.
El fuego y la Civilización
El fuego es hipnótico. Esta llama la encendieron los homínidos hace cientos de miles de años y aún no nos hemos cansado de mirarla.
 
ANTES, en el territorio donde se prendía una fogata se fundaba un hogar, se establecía una colectividad humana. Unos días, aquí; más tarde, el instinto grupal decidiría un nuevo enclave impelidos por los vientos dominantes. Era una especie de comunismo primitivo sin proclamas, ni banderas, ni patrias, urdiendo mitos y leyendas inspiradas en las sombras y claroscuros provocados por el fuego, por la misteriosa luz de la llama. Y mientras tanto, todos alrededor de la candela, parecían extasiados ante un concepto de Naturaleza de la que formaban parte, a la que pertenecían. 
 
AHORA, creamos hogares en los que a veces prendemos hogueras de mentirijilla. Son esas mentiras tan útiles, tan letárgicas que nos hacen rememorar aquellas historias que circundaban lumbres, con las que de alguna manera nos identificamos, que nos permiten olvidar por un momento las hipotecas, el acuciante ritmo del segundero, el silencioso furor de las pandemias… Olvidarnos de que el tiempo —hace ya demasiado tiempo— dejó de pertenecernos.
 
Durante el último 1% de Historia Homínida hemos conseguido ser más injustos, más desiguales, más destructivos, más suicidas, más etnocidas, más genocidas… Hemos experimentado una novísima tentativa de comunismo que encontró a su peor enemigo en sí mismo. Hemos llegado a pensar, basándonos en ideologías y monoteísmos no exentos de cierto pragmatismo, que la Naturaleza nos pertenece, y hemos redactado idearios que justifican complacientes todos estos abusos y desmanes. O sea, lo que comúnmente llamamos CIVILIZACIÓN.
Antonio Carmona