Así lo ha destacado el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, en las VIII Jornadas CSL SEQUIRUS de actualización en gripe que se están desarrollando en Toledo hoy y mañana. El responsable castellanomanchego ha resaltado que antes de la pandemia por covid-19, las campañas de vacunación contra la gripe no alcanzaban muchas veces el objetivo marcado de alcance.
Así, durante los años anteriores a la pandemia la cobertura en España acusó una tendencia descendente, que se recuperó al realizarse la campaña de vacunación conjuntamente con la vacunación frente a Covid-19.
En personas mayores de 65 años, principales receptores de la vacuna contra la gripe, en Castilla-La Mancha en 2019 se alcanzó una cobertura del 57,6 por ciento. Tras la pandemia de Covid-19, ese porcentaje ascendió a 76,3 por ciento en 2020 /2021 y al 80,1 por ciento en la campaña 2021/2022.
Por ello, el consejero ha destacado que el punto de inflexión ha sido la Estrategia Nacional de vacunación frente a Covid-19 que ha contribuido a la concienciación colectiva sobre la importancia de las vacunas como herramienta de prevención primaria frente a numerosas enfermedades transmisibles.
Esta tendencia es la base de las nuevas estrategias de inmunización a través de calendarios para toda la vida en los que se incorporan nuevas recomendaciones utilizando vacunas más avanzadas destinadas no solo a evitar la enfermedad sino a mejorar la calidad de vida.
Fernández Sanz ha puesto como ejemplos que, en los últimos tres años, para las campañas de vacunación contra la gripe 2020/2021, la campaña 2021/2022 y la campaña 2022/2023, se han invertido en Castilla-La Mancha más de 19 millones de euros para la adquisición de 1.770.000 dosis.
Actualmente la vacunación es una de las estrategias coste-efectivas más importantes en la prevención primaria de las enfermedades infecciosas con que cuenta la Salud Pública en la actualidad, sobre todo a expensas de las buenas coberturas alcanzadas con las estrategias de vacunación infantil.