Hey J... ¡14 días pasan en nada!

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Son las 07:52 del Viernes, 29 de Marzo del 2024.
Hey J... ¡14 días pasan en nada!

La primera vez que pisé aquel lugar tendría unos 11 o 12 años. Había ido con un compañero de clase a comprar un paquete de cromos o alguna revista de esas que leías cuando estás finalizando la primaria, no lo recuerdo del todo. Lo que sí que recuerdo era que la música sonaba más alto de lo que lo hacía en los comercios de alrededor y que un dependiente, bastante hiperactivo, entablaba conversaciones con los adultos que había dentro del local mientras nos observaba disimuladamente, a mi amigo y a mí, tras el mostrador... No recuerdo si fue aquel ambiente que tanto distaba de las librerías y quioscos a los que yo estaba acostumbrado, el escaparate tan extraño que daba al exterior o simplemente el hecho que me pillaba bastante lejos de casa, pero tardé años en volver por allí... 

 

Cuando regresé, más de una década después, me volví a encontrar con aquel panorama: su puerta verde de la que salía una mezcla musical un tanto extraña, pues tan pronto sonaba Extremoduro, música regional o Beethoven, estaba abierta de par en par. El escaparate seguía siendo el más original y extraño de la plaza y tras el mostrador, estaba aquel dependiente hiperactivo ataviado con unas chanclas que utilizaba tanto en verano como en invierno , atendiendo a unos clientes un tanto variopintos que más adelante, una vez que empecé a forjar una amistad con aquel tipo tan raro y carismático, comprendería que no eran clientes, si no parroquianos... 

 

Allí se congregaba gente de todo tipo y condición que con la mera excusa de llevarse el periódico (o simplemente echarle el vistazo) y de comprar un par de gomas, le contaban a voces sus batallitas al librero más dicharachero a este lado del Ojailén mientras una lista de reproducción de lo más variopinta seguía sonando a todo volumen desde los altavoces del local...

 

"¡Ay Juancar, baja la música que no me entero!", " ¿Ya está el Grandón ahí dentro poniendo a Ligeti?" o "¿Ahora, a tu edad, te da por Harry Potter?" decía la clientela que iba a comprar el pronto con prisa, pues aún tenían que preparar la comida o hacer unos recados antes de recoger a los niños del colegio o, simplemente, se pasaban por allí para saludar a Juan Carlos... 

 

Sin embargo, esa mezcolanza de guitarras eléctricas,  obras orquestales, letras de amor y revolución, zarzuelas e himnos, no se conformaba con quedarse encerrada entre cuatro paredes... Aquellas canciones que se entrelazaban con periódicos, revistas, y libros de poesía, tenían un espíritu tan libre como el de aquel librero. Él se encargaba de organizar recitales, muestras de villancicos, poemartes y homenajes a los poetas, pintores y escultores de nuestra tierra... todos ellos, por supuesto, ataviados con los más originales escenarios y escaparates. ¡Siempre es una buena ocasión para maquinar algo! 

 

De hecho, si hablamos de cultura y música de nuestra ciudad durante los últimos años, tenemos que hablar indudablemente de la "Librería Clip" y de su estrafalario (y mágico) dueño Juan Carlos, quien ha sido capaz de reunir al más variado artisteo de nuestro municipio para acercarnos lo mejor de la cultura: los abrazos. Pues al fin y al cabo, la música y la poesía están para eso, para compartirla entre amigos, conocidos y gente que pasa por allí por casualidad... Ese debería ser el fin de tan nobles artes: reunirse, y tras el espectáculo, fudnirse al calor de los abrazos...

 

Este es un pequeño y modesto homenaje al librero más dicharachero que ha tenido esta ciudad, quien estos días está recuperándose de los efectos de la pandemia... Desde aquí, quisiera enviarle un fuerte abrazo de parte de todos los parroquianos de la Clip... ¡Nos vemos pronto Juancar, 14 días pasan en nada!

 

Para quien no lo conozcáis, os invito a leer este artículo de Antonio Carmona donde lo describe con impecable maestría: https://www.lavozdepuertollano.es/Web/contenido/poesajes/el-librero-mas-dicharachero-a-este-lado-del-ojailen12579.html  . 

 

Como pieza musical para esta entrada, he escogido una versión de Hey Jude que interpretamos Eduardo  y yo en uno de las últimas ediciones de Poemarte. 

 

Marcelino Mora González
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