Parentescos musicales: De la música orquestal a la música electrónica.

Casi seguro que alguna vez habrá escuchado la canción Oxygene (sí, esa canción dividida en varias entregas, compuesta a base de sonidos creados artificialmente y que en más de una ocasión ha congregado a miles de personas bajo un increíble espectáculo de luces y pirotecnia) o ha visto Ghost: Más allá del amor, la película noventera que figura entre una de las más románticas de la historia del cine. Sin embargo, ¿sabría qué relación hay entre ellas? 

Jean-Michel Jarre, el conocidísimo compositor e intérprete francés de música electrónica, es hijo del compositor de bandas sonoras Maurice Jarre, personaje del que vamos a hablar esta semana.

Maurice Jarre nació en Francia  en la década de los 20 del siglo pasado y sus inicios musicales están ligados a uno de los grandes compositores de música clásica del siglo XX: Pierre Boulez. Maurice comenzó escribiendo música para teatro, pero pronto dio el paso a la música de cine. Entre sus innumerables bandas sonoras, podemos destacar las de Lawrence de Arabia, gracias a la cual ganó su primer Óscar, Doctor Zivagho, también Oscarizada, Atracción Fatal, Ghost: Más allá del amor oEl club de los poetas muertos.

Durante la década de los 80, Maurice Jarre quiso dejar momentáneamente a un lado la escritura estrictamente para orquesta e introducir la música electrónica en algunas de sus composiciones. Este hecho no fue bien recibido por la crítica, quien lo acusó de haber optado por un camino más cómodo. Sin embargo, el trabajo con música sintética es igual o incluso más laborioso que el trabajo con instrumentos convencionales.

Maurice Jarre se retiró de la composición musical en 2001 tras poner música a Rebelión en Polonia. Ocho años más tarde, falleció en Estados Unidos a consecuencia de un cáncer.