¿Quién me presta una escalera...?

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Son las 10:37 del Jueves, 28 de Marzo del 2024.
¿Quién me presta una escalera...?

“Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos”. Hace apenas un año, escuchábamos estas palabras del Papa Francisco mientras se encomendaba a Dios y le pedía que esta pandemia que estamos atravesando remitiera cuanto antes. Era una imagen inédita e impactante. El Santo Padre rezando ante una desolada Plaza de San Pedro, únicamente acompañado por una incesante lluvia. Hubiera sido una secuencia perfecta de cualquier obra maestra del cine en su momento álgido. Sin embargo, como tantas otras cosas que hemos vivido durante este tiempo, no se trataba de una superproducción, sino de la vida real. Y ahí es donde radicaba, y aún reside, nuestro miedo.

Aquella estampa desoladora me recordó a una de las piezas más populares y brillantes de la historia de la música: "Stabat Mater" de Pergolessi. El compositor italiano compuso esta pieza en 1736, unas semanas antes de fallecer a causa de una tuberculosis. Se trata de una obra escrita para Soprano, Alto, cuerdas y bajo continuo. El uso tan sublime de las disonancias la convierte en una de las obras más emotivas y evocadoras de la historia de la música.

Aquella desolación que se retrasmitió a todos los lugares del planeta no era más que un fiel reflejo de lo que todos y cada uno de nosotros estábamos viviendo. Era la primera vez en más de un siglo que nuestra libertad de movimiento se veía coartada y no podíamos más que asomarnos a la ventana a la espera de una primavera con olor a incienso, repique de campanas y música en la calle al paso de los tronos y pasos. Añorábamos aquello que tanto habíamos disfrutado en el pasado, pero la vivimos a nuestra manera y adaptándonos a las circunstancias...

 

Afortunadamente, y aunque aún no es momento de bajar la guardia, las cosas han cambiado respecto al año pasado. Este año tampoco vuelve a haber procesiones por las calles de nuestros barrios y ciudades, pero son numerosos los actos y eventos que se han organizado bajo estrictas medidas de seguridad para poder vivir esta Semana Santa de manera presencial; desde conciertos en azoteas (como en el caso de Málaga, donde diferentes bandas de la ciudad han inundado de música algunos de los lugares más emblemáticos de la capital como El Palacio Episcopal o el Hotel AC), saetas improvisadas en los templos o la interpretación de marchas en lugares emblemáticos como conventos a puerta cerrada para ser retransmitidos en directo o con un aforo reducido...

 

 

Con la esperanza de que muy pronto se vuelvan a inundar las calles de penitentes, misterios, palios y música, os invito a vivir musicalmente esta Semana Santa, recordando dos de las marchas procesionales más emblemáticas de los días de   Pasión: “La Saeta” y “La Madrugá”. La Saeta, basada en la popular poesía de Antonio Machado, fue incluida en el álbum "Dedicado a Antonio Machado, poeta" de Joan Manuel Serrat en 1968. Desde entonces, múltiples versiones y adaptaciones se han hecho para diversos géneros musicales, desde banda hasta flamenco (os invito a escuchar la versión de Camarón de la Isla, que es una maravilla a la altura de la de Serrat). En el vídeo que os invito a ver esta marcha se interpreta tras el trono del "Divino Nombre de Jesús Nazareno de la Salutación" a su regreso al malagueño templo de San Felipe. Neri y la Santa Cruz.

 

 

Por otro lado, "La Madrugá" está compuesta por uno de los compositores de marchas más prolíficos de nuestro tiempo: Abel Moreno. Este compositor onubense nació en 1944 y ha dedicado su vida tanto a la música como a su carrera militar. Escribió su más famosa obra, "La Madrugá" con la intención de describir cada uno de los momentos mágicos que se viven en la capital hispalense cada Viernes Santo, desde la salida del Silencio al recogimiento del Gran Poder, pasando por la grandiosidad de las dos esperanzas: la Esperanza Macarena y la Esperanza de Triana. Como ocurre con la Saeta, múltiples versiones y adaptaciones se han sucedido desde su estreno. En esta ocasión, os dejo la adaptación para orquesta sinfónica (interpretada por la Orquesta Sinfónica de Triana), así como un vídeo donde se muestran cada uno de los pasos que se corresponden con los temas de la marcha.

 

 

Marcelino Mora González