Disminuir la actividad de la mente, dejarla en reposo, llegar a “desconectarla”… ¿Esto es posible? El Yoga nos explica cómo hacerlo.
Hablando del Yoga, el ‘Bhagavad Gita’ dice: “La mente puede ser nuestro mejor amigo o nuestro peor enemigo”.
Para un yogui, la mente es un apéndice, algo que se puede dejar de lado mediante la meditación.
La mente opera como una máquina
Según el Yoga, la mente es un recolector de datos, siempre ocupada, añadiendo información al banco de datos interno. Su ruido incesante ahoga al verdadero conocedor interior, que es el alma observadora, el alma que es testigo.
La mente es como un motor que se puede apagar: desconenecta el enchufe y se parará
El “enchufe” de la mente es nuestra energía, llamada Prana, que se activa mediante la respiración. Los yoguis aprenden a desconectar el Prana de la mente y ¡listo!: la mente se queda en silencio durante un tiempo.
Mauna: el silencio interior y exterior
El místico Meher Baba decía: “Si tu mente se hace poderosa, te conviertes en un científico o en un filósofo. Si tu alma se hace poderosa, te conviertes en un místico cuya alma va en dirección a Dios”.
Una vez que la mente se orienta en dirección a Dios, se hace silenciosa. Es como si el místico esperara conversar en silencio, sin palabras, con Dios.
Práctica mística
Hay varios centros místicos en el cuerpo humano que están ubicados en zonas sensibles llamadas Marmasthanas. Uno de estos centros es el corazón: no el corazón físico, sino el espiritual, que está al lado. Allí, en silencio, se oye la voz de la Divinidad.
El mantra Om nos recuerda a Dios, decía nuestro gurú, el doctor Jayadeva Yogendra, un místico silencioso que hablaba, incluso en sus clases, con las mínimas palabras: palabras de sabiduría que emanaban de su alma.
Prueba a hacer esto: cada dos horas, “desconecta” el interruptor de tu mente, interiorízate, canta Om de forma no verbal, sin sonido, dirigiendo la mirada hacia tu interior, como si apuntaras la visión hacia dentro de ti, y de este modo comulgarás con la Más Alta Realidad.
Así comenzó el yoga
A los rshis, los sabios de la antigüedad védica, los mantras les fueron revelados y ellos los ligaron a su corazón espiritual con “aros de acero”, con poderosos círculos de fuerza.
Así pues, para tu meditación, canta Om.
Harold Sequeira
Maestro de Yoga en The Yoga Institute de Bombay (India)
Dibujo: Swami Chidananda, discípulo de Swami Sivananda, en trance, pintado por Harold Sequeira
Traducción: Juan Felipe Molina