1. Cuando una persona padece COVID-19, sus pulmones se debilitan y disminuye su capacidad respiratoria.
2. Para mejorar este estado, son recomendables las siguientes prácticas de purificación y limpieza de los pulmones:
Jala Neti, la limpieza de las fosas nasales con agua salina
Se realiza con agua esterilizada tibia en la que habremos disuelto un cuarto de cucharadita de sal. Ahueca la palma de la mano, vierte ahí el agua y aspírala por una fosa nasal, mientras cierras la otra fosa presionando con el dedo índice. Deja que el agua salga por las fosas nasales o por la boca y repite el proceso. Haz lo mismo por la otra fosa nasal. Para finalizar, suénate cada fosa por separado para descargar el agua.
Kapalabhati, la limpieza con aire
Esta sencilla técnica se puede hacer en cualquier momento y lugar, si bien es importante realizarla en un entorno libre de polvo y contaminación. Siéntate en una postura meditativa. Mantén la espalda erguida, la barbilla paralela al suelo y las palmas de las manos sobre las rodillas. Haz varias respiraciones normales y relájate. A continuación, inspira por la nariz de forma natural y espira por la nariz de forma enérgica, contrayendo al mismo tiempo los músculos del abdomen. Repite el proceso: espiración corta y vigorosa seguida de una inspiración automática, espiración corta y vigorosa seguida de una inspiración automática…, así hasta diez rondas. Tanto el tiempo de inspiración como el de espiración deben ser iguales. Presta atención a que el estómago y el pecho estén estables y sin ningún movimiento voluntario (un ligero movimiento es natural, pero no lo hagas intencionadamente).
Masaje en el pecho
Usa aceite de sésamo a temperatura corporal para darte un masaje sobre las costillas y en los espacios entre ellas, durante 2-3 minutos. Esto te ayudará a eliminar el exceso de mucosidad y mejorar la respiración.
3. Las siguientes prácticas respiratorias de Pranayama Yogendra también están recomendadas. Realiza cada una de ellas durante 3 minutos.
Pranayama 2, la respiración costal
Ponte de pie o siéntate en el suelo con las piernas cruzadas. Coloca las manos sobre las costillas inferiores y concéntrate en esa parte del cuerpo. Inspira, expandiendo la parte baja del pecho, y espira en cuanto termines la inspiración. Inspira y espira, inspira y espira… sin hacer retención de aire en los pulmones ni mantenerlos vacíos. Intenta no mover el diafragma ni los músculos de las clavículas, así como tampoco mover hacia arriba y hacia abajo el pecho, sino únicamente hacia los lados (puedes comprobar cómo las manos se separan al inspirar y se acercan al espirar). Emplea el mismo tiempo de inspiración y de espiración (2-3 segundos está bien para comenzar).
Pranayama 3, la respiración clavicular
Coloca las manos sobre sus respectivas clavículas. Inspira tratando de llevar el aire hasta la parte superior del pecho, moviendo ligeramente los hombros hacia atrás. Espira nada más culminar la inspiración, volviendo los hombros a la posición normal. Recuerda emplear el mismo de tiempo de inspiración y de espiración.
Pranayama 4, la respiración diafragmática
Túmbate boca arriba, dobla las piernas, acerca los talones a las nalgas y deja las plantas de los pies planas sobre el suelo. Coloca la mano izquierda sobre el ombligo, con la palma hacia abajo. Deja el brazo derecho estirado sobre el suelo, cerca del cuerpo, con la palma de la mano derecha hacia arriba. Inspira suave y lentamente, sin forzar, moviendo el vientre hacia arriba. No hinches el estómago. Tan pronto como se complete la inspiración, espira suavemente, siendo consciente de que el abdomen cae y se hunde. Mantén esta respiración durante 3 minutos o diez rondas, según tu capacidad. Recuerda igualar el tiempo de inspiración y el de espiración, conforme a tu comodidad y capacidad individual, así como no hacer movimientos exagerados del abdomen. La respiración debe ser lenta, constante y no espasmódica. Los músculos faciales estarán relajados y entrarás en un confortable estado de relajación total.
4. Una excelente práctica terapéutica es tomar baños de sol. Elige la postura más conveniente y cómoda para ti: de pie, sentado en el suelo con las piernas cruzadas en una postura de Yoga o tumbado. Emplea 10 minutos, y hazlo preferiblemente con el torso desnudo o vistiendo ropa fina.
5. Una bolsa de agua tibia o caliente, colocada sobre el pecho durante el tiempo que te resulte cómodo, beneficia a tus pulmones y mejorará tu capacidad respiratoria.
6. La alimentación es un factor fundamental. Durante unos días, cena sopas calientes hechas con verduras frescas, acompañadas con pan integral. Esto te ayudará a reducir la carga en el sistema digestivo y a mejorar la función pulmonar.
7. En resumen, sé tu propio terapeuta para tus problemas respiratorios. Registra en un diario tus prácticas, las mejoras que consigas y las dificultades que encuentres. Y consulta a un profesor experimentado de Yoga si necesitas ayuda.
Harold Sequeira
Maestro de Yoga, fundador del Instituto de Yoga Clásico de España
Traducción: Juan Felipe Molina