Por Fernando Romero
Hay noticias que te dejen ko... Noticias que no esperas y que, cuando las recibes, te inundan de tristeza. Y no porque no se entiendan, sino porque quizás no se esperen y, como consecuencia, te dejan frío, pensativo, bloqueado... Así me encontré ese viernes, cuando sobre las once de la mañana, Javier Valdivia me mandaba un mensaje adelantándome su despedida. Tras un tiempo de meditación, no niego que le di mi punto de vista (abusando una vez más de mi amistad), desde la más absoluta sinceridad, desde el corazón... Pero no hubo manera. La decisión estaba más que meditada. Era una decisión en firme, sin retorno. Y además me queda la absoluta certeza de que se había adelantado y se había preparado emocionalmente para responder, con la cabeza fría, a cualquier intento de convencerle de que no dijera “adiós”.
Pero cuando una persona como Valdi te argumenta su adiós, por mucho que duela, solo te queda finalmente una opción: respetarla. Y es que no se va un “simple jugador”, no se va un “jugador más”... Los jugadores pasan, los entrenadores también, los directivos también, pero por encima de todo siempre está el club. Pero como decía, no se va un jugador más. Se va una persona excelente, un tipo que no es sospechoso de nada. Un señor dentro y fuera del campo. Un capitán que ha sabido representar los valores del deporte, más allá de defender unos colores en concreto. Un futbolista que defendió el azul como si le fuera la vida en ello y que, cuando se le ofreció defender el rojo, lo hizo de la misma manera, como si le fuera la vida en ello. Porque Valdi, cuando se enfundaba la camiseta, lo hacía sabiendo que defendía los colores de un equipo de Puertollano, de su Puertollano. Y eso siempre ha estado, para él, por encima de radicalismos absurdos que solamente sirven para dividir y para generar odio.
Cuando el que escribe era redactor del Día de Ciudad Real, escribió una columna de opinión que titulaba “Ponga un Manolo en su equipo”, haciendo referencia a los valores que representaba en ese vestuario una persona como Manolo Rodríguez. Por aquel entonces, era entrenador Sánchez de la Nieta y el fútbol en Puertollano vivía su momento mas dulce de los últimos tiempos, con la consecución de la Copa Federación y el ascenso a Segunda División B. El mismo titular, con los mismos valores, valen para Valdivia, aunque ahora el fútbol en Puertollano no esté en esferas más altas. Y es que, por encima de categorías en las que se milite, están las personas. Y estoy en posición de afirmar que Valdivia ha sido un digno sucesor de Manolo.
Y es que, repito, por encima de escudos, categorías y colores, están las personas. Y puedo afirmar que tengo la inmensa fortuna de haber conocido a la persona que hay detrás del Valdivia futbolista. Noble en la derrota y humilde en la victoria. Una persona que representa los valores del deporte: compromiso, pasión, humildad, ambición, respeto, compañerismo, trabajo en equipo... y tantos otros que él ha representado como jugador y capitán.
Por todo ello, solo me queda dar la gracias al FÚTBOL, amigo Valdivia, por darme la oportunidad de conocerte. Y gracias a TI, por haberme enseñado tanto, por haber respetado tanto mi trabajo, por haber sido mi voz en el vestuario, mi corazón sobre el campo y por haberme dado tantas y tan bonitas lecciones. Solo puedo decirte, una vez más, GRACIAS, y desearte lo mejor en tu “nueva” vida alejada de los terrenos de juego. Disfruta de tu familia, de tu nuevo proyecto laboral y, por encima de todo, NO CAMBIES.
El mundo del fútbol pierde un gran líder, un gran capitán, un gran futbolista y, por encima de todo, una GRAN PERSONA. Pero lo que pierde el fútbol, lo gana el resto del mundo.
Audio del Tiempo del Deporte de COPE Puertollano, dirigido por Fernando Romero, donde se analiza la actualidad del deporte local y comarcal y, en esta ocasión, con la agenda deportiva del fin de semana y previa y audios del partido que disputará el Calvo Sotelo en Quintanar del Rey este próximo domingo