Cuidar la mayoría de gobierno

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Son las 04:40 del Miércoles, 24 de Abril del 2024.
Cuidar la mayoría de gobierno
El título no es mío, lo he tomado prestado de Javier Pérez Royo, reputado profesor de Derecho Constitucional y me ha parecido muy oportuno replicarlo por estos nuestros lares.
 
Empieza el artículo reseñado con un conocido refrán español” mucho ruido y pocas nueces" para seguir señalando que es cierto que estamos viviendo un momento político con exceso de ruido, pero la segunda parte no es cierta, no son pocas las nueces , resultados positivos de la acción de gobierno; las que se están cosechando.
 
Pero ¿qué está ocurriendo para que los éxitos económicos del gobierno apenas lleguen a la opinión pública, que sí es consciente del principal problema: la inflación?
 
¿Qué está ocurriendo para que en el imaginario popular a supervivencia del Gobierno parezca estar pendiente de un hilo? 
 
 La impresión es que puede caer en cualquier momento. Y sin embargo, la evidencia empírica de que disponemos no autoriza sacar esta conclusión
 
En 2020 la mayoría parlamentaria aprobó 3 leyes orgánicas y 11 leyes ordinarias, entre las que se debe destacar la Ley de Presupuestos. En 2021 se aprobaron 11 leyes orgánicas y 22 leyes ordinarias. Y en lo que llevamos de 2022 se han aprobado 4 leyes orgánicas y 8 leyes ordinarias.
 Y que lo está haciendo con una visibilidad, sobre todo en el ámbito de la Unión Europea, como no se recordaba desde la época de Felipe González.
 
Y sin embargo no deja de sorprenderme y preocuparme la capacidad de las izquierdas para caer en la melancolía y la facilidad con la que medios, periodistas y politólogos de toda índole estén asumiendo que se ha iniciado un cambio de ciclo inevitable, que acabará con Núñez Feijóo, un político cuyo único mérito conocido hasta ahora es sostener una cosa y la contraria el mismo día, eso sí sin levantar la voz, en la Moncloa escoltado por Santiago Abascal.
 
Hay que tener memoria, y por eso tenemos que recordar las políticas neoliberales del gobierno de Mariano Rajoy que tras la anterior crisis económica mundial nos hundieron en la mayor brecha de desigualdad y pusieron en serio riesgo nuestro estado de bienestar.
 
Este Gobierno por el contrario desde el minuto cero ha puesto en marcha medidas dirigidas a estrechar esa brecha de desigualdad. No podemos obviar que toda gestión es susceptible de mejorarse, pero este gobierno se ha tenido que enfrentar en estos dos años a una pandemia que paralizó la economía mundial, la erupción de un volcán, o una guerra en Europa y a pesar de todo en estos dos años y gracias a este gobierno se han puesto en marcha un conjunto de medidas que es necesario poner en valor. Por eso decía al inicio del artículo que sí, hay mucho ruido pero también muchas nueces. Recordemos algunas de estas medidas:
La aprobación de un ingreso mínimo vital y la subida histórica del salario mínimo.
 
Una inyección de ayuda económica a las empresas para capear los desastrosos efectos de la pandemia.
 
La aprobación de un mecanismo como los ERTE para salvaguardar el empleo en lo más duro de la pandemia.
 
Una reforma del mercado laboral que da estabilidad a los trabajadores, hecha con el consenso de sindicatos y patronal, y de la que hoy ya podemos ver sus efectos positivos. En el mes de mayo el número de parados ha bajado por debajo de los tres millones, dato que no se daba desde 2008, y el número de contratos indefinidos ha sido el más alto de nuestro registro histórico.
 
Aprobación de una serie de leyes que refuerzan los derechos de las personas, ley de muerte digna, ley para evitar los excesos del mercado de vivienda, ley para mejorar la educación y la formación profesional…., por no hablar de una distribución trasparente y ejemplar de los fondos habilitados por la Unión Europea que van a suponer un salto de nuestra economía hacia sectores más productivos como las energías verdes o la digitalización.
 
¿Por qué entonces las encuestas señalan que los socialistas podrían perder las elecciones? ¿Por qué se produce una sorprendente valoración positiva hacia líderes políticos que pueden esgrimir muy pocos o ningún logros de gestión  como Díaz Ayuso, Abascal o Macarena Olona? ¿Cómo es posible que el gobierno no sea capaz de explicar la amenaza real de retroceso de derechos y servicios públicos, si se imponen las prácticas reaccionarias que defienden los políticos anteriormente citados?
 
El clima político no es el más adecuado para luchar contra esa percepción creada artificialmente de que se ha iniciado ya el cambio de ciclo. Basta con escuchar tertulias, leer editoriales, escuchar a los gurús del IBEX, por no abundar en la cantidad de bulos, de infundios y mentiras que favorecen la instalación del pesimismo colectivo, sin duda marcado por una realidad que son los efectos de una inflación desbocada. Una inflación causada por la guerra de Ucrania en todos los países  deEuropa
 
La desmovilización de la izquierda que reflejan todas las encuestas (para Andalucía y para todo el Estado en distintos grados) no va a superarse simplemente con el paso del tiempo o con la defensa ardiente de una gestión de gobierno aunque sea  muy defendible, en estos tiempos acelerados,  más emocionales que racionales, importa tanto o más lo que se percibe que lo que en realidad ocurre. 
 
Hay que ser capaces de darle la vuelta a esa percepción, tarea difícil, y hay que empezar por desnudar el fenómeno Feijóo con datos y con argumentos para ponerle en la tesitura de demostrar si de verdad está o no dispuesto a consensos de Estado, y desde las fuerzas progresistas deberíamos asumir “el cambio de ciclo” como un objetivo propio para situar a España en la modernidad consolidando la democracia.
 
Termino con otro refrán muy castellano que en este caso no se cumple, no es cierto que “el buen paño en el arca se vende”, hay que enseñarlo porque aunque parezca una contradicción, los voceros de la derecha están consiguiendo lo impensable “que sea el mal paño el que se esté vendiendo desde el arca”
 
La sociedad se juega mucho, y ninguna persona progresista debe mirar indiferente a lo que está ocurriendo.
 
Paula Fernández Pareja