Denuncia pública

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Son las 21:28 del Jueves, 25 de Abril del 2024.
Denuncia pública
La vecina de Puertollano    
Raquel Reina Gómez ha denunciado en esta redacción el suceso del que fue víctima como paciente del área de ginecología del Hospital Santa Bárbara de Puertollano, al que envió el escrito de denuncia que a continuación se reproduce, sin que dos meses más tarde haya tenido respuesta satisfactoria por parte de la gerencia del Hospital.  El suceso denunciado tuvo lugar el 27 de octubre del 2021. Texto íntegro: 
 
Me citan a las 12:00 h para proceder a un cambio de DIU y unos diez minutos antes ya estoy en el lugar de la cita; aviso al personal de que ya estoy en la sala de espera y de que mi cita es a las 12:00 h.
Una hora y media después (entiendo que puede haber urgencias ginecológicas, aunque solo hubo un caso), la enfermera sale y me dice: "No te preocupes que estamos preparando la consulta para que entres" y así, a los 10 minutos entro en consulta (13:45 h aproximadamente).
Mientras se hace el papeleo y para aliviar tensiones realizo unas preguntas acerca de la copa menstrual y la pequeña intervención motivo de la cita. Cual es mi sorpresa, cuando la enfermerA cuestiona con la ginecólogA (haciéndome sentir como una ignorante) si la copa menstrual existe desde ¡hace 4 años...! (soy usuaria de la copa menstrual desde hace más de 4 años y si una enfermera y una ginecóloga hablan en esos términos, pues me hago a la idea de la realidad que tenemos las mujeres con nuestro cuerpo y sexualidad aún a día de hoy).
 
Dentro ya de la consulta, la enfermera me dice amablemente: "Pasa al servicio y desnudate de cintura para abajo", cuando ¡oh sorpresa! abro la puerta del aseo y veo el suelo manchado con gotas de sangre (es importante recordar que en la sala de espera, después de salir la paciente anterior a mi, transcurrieron 15 minutos hasta que me dijeron que estaban casi listos, a falta solo de preparar e higienizar la sala y tras otros 10 minutos me hicieron entrar). "¡¡La chica anterior no nos ha dicho que ha manchado!!" es lo que escuchaba mientras yo solo miraba ya la hora que era, desesperada porque tengo dos fieras que salen del colegio y es la hora de comer a la vez que me preguntaba para mi si es que será así como se prepara una consulta para la siguiente paciente.
Esperamos que venga la señora de la limpieza que la verdad no tarda nada y hace un trabajo eficiente limpiando tanto el suelo de sangre como repasando el aseo por completo. Por fin me "acomodo" en la camilla ginecológica (por cierto, con botines, que si ya es incómodo añadamosle zapatos). Ahora llega la segunda sorpresa cuando, mientras me mira en la pantalla para ver la ubicación del DIU y extraerlo, la ginecóloga me dice que sujete yo (y aquí me vais a perdonar los términos porque los desconozco) el aparato que envía la imagen a la pantalla (ecografía) - ¡¡Yooo estoy sujetando el aparato para que ella vea y pueda realizar la extracción!!! - .
Mientras la enfermera deambula por la consulta, a mí me tiemblan las piernas sujetando algo en mi bajo vientre, sintiendo entre molestia y un fuerte dolor agudo. Lo que veo a continuación es la cara descompuesta de la ginecóloga entre mis piernas y alzando su mano con una especie de “T” a la que le falta una parte. "Se ha quedado una parte dentro, esto no me ha pasado nunca…".  Las caras entre ellas no me tranquilizan en absoluto... .
 
"Voy a sujetar yo (el cacharro) que la paciente está nerviosa y así puedes ver mejor" le dice la enfermera a la ginecóloga tomándome el relevo en la sujección del aparato mientras, con unas pinzas (o algo similar) me urga para poder acceder al trozo que se había quedado dentro...
 "Hay que hacer una histeroscopia pero no lo podemos hacer porque el aparato (no recuerdo el nombre) está estropeado y hasta dentro de 2 o 3 semanas no nos lo traerán, así que te pongo en lista de espera preferente y ya sabes, utiliza preservativos a ver si te vas a quedar embarazada...” es la frase final de la ginecóloga a la que no dejo de mirar no sé si con asombro, miedo o directamente con un cabreo monumental.
 
Continuando la conversación con respecto al uso de la copa menstrual me comenta que cabría la posibilidad (mínima) de expulsar la parte que se ha quedado dentro y en ese momento rebuscan en el cubo de basura lleno de papeles, gasas, algodones y vete a saber qué, para enseñarme cómo sería la pieza que falta, para tenerlo en cuenta por si lo expulso con la regla....
Me siguen sorprendiendo las expresiones faciales que se cruzan entre ginecóloga y enfermera, hasta que después de esto, la parte del DIU extraída vuelve al cubo de basura.
 
 
Con respecto a esta citación, también quería comentar la indignación por el tema administrativo, ya que si bien yo, nací aquí (Puertollano), con 12 años mi familia se trasladó a otra ciudad, y ahora, 27 años después, he regresado a mi ciudad natal, con lo que procedí a actualizar los datos de las tarjetas sanitarias de mis hijas y la mía propia. Acto seguido pedí cita ginecológica con esas tarjetas actualizadas, y tras un largo periodo (unos 3 meses) recibo la llamada de una administrativa indignada porque estaban llamando a un teléfono fijo que no cogían nunca (imagino que el teléfono fijo que tenía hace 27 años) y que así, no había manera de darme la cita que solicitaba (snif), a lo que yo respondo que mis datos estaban actualizados desde hacía más de 4 meses con lo que la confusión de la información anterior y la actual debe de ser culpa de su “sistema informático”.
 
 
En conclusión, me gustaría que tuviera conocimiento de la falta de higiene y, a mí parecer, falta de profesionalidad del personal que me atendió ayer (porque entiendo que de la falta y mantenimiento de maquinaria estará al tanto) trasladándome inquietud con respecto al procedimiento, dejando en mis manos aparatos que deberían utilizar única y exclusivamente profesionales y que me diera explicación (si puede) a los hechos acaecidos ayer, pues me resolverían muchas dudas que desde ayer me rondan por la cabeza y que me hacen cuestionar si los aparatos que utilizan para introducir en mi cuerpo están debidamente esterilizados así como la consulta en general.
 
 Raquel Reina Gómez