El baloncesto también trae alegría a Puertollano

Dos mil quinientas personas abarrotaron las gradas del Pabellón Antonio Rivilla. Dos mil quinientas personas viendo al Real Madrid, sí, también al UCAM Murcia pero sobre todo al Madrid no nos engañemos y lo digo yo, que subo Castellana arriba sin mirar a la derecha temiendo cualquier tipo de reacción alérgica. Echando la vista atrás no recuerdo ver a la gente tan apretada, ni siquiera en la Copa Intercontinental de fútbol sala. Bien es cierto que mi memoria ya no es lo que era pero uno siente orgullo de su pueblo en eventos como el de hoy. Puertollano necesita alegrías y el V Trofeo Luis Casimiro, sin duda, las ha traído. Que disputen un partido de pretemporada dos equipos de ACB en la localidad minera no es novedad, somos unos privilegiados, que uno de ellos sea el Real Madrid solo puede describirse como un éxito total, uno más, de la organización.

No cabía ninguna duda de que el equipo merengue iba a atraer el interés de los aficionados locales y de muchas otras localidades de la provincia de Ciudad Real. Poco importaba si los asistentes sabían reconocer una zona mixta o pensaran que un pick and roll es la nueva hamburguesa del Burger King, lo que importa es la fiesta. Ver a Tavares, a Hezonja o al Chacho, disfrutar del ambiente, descubrir que los jugadores parecen aún más altos cuando los ves en vivo y que cuando tú lanzas a la canasta que tienes en la terraza juegas a otro deporte. Hay balón, hay aro y estas tú y es la ultima variable la principal diferencia entre lo que ves y a lo que juegas.

Y es que también la línea temporal se ha alineado con la organización. El basket está de moda este septiembre, a decir verdad, el basket está de moda muchos septiembres porque nuestra selección tiene un gen ganador desde hace mucho tiempo, antes incluso de la generación de oro, tal vez desde aquellos juegos de Los Ángeles a pesar del borrón del “angolazo” en Barcelona, pero es que esta selección nos está pillando a todos con el pie cambiado porque no nos ha dejado ni disfrutar de una tranquila transición y los de Scariolo, el italiano que mas ha hecho por España desde Rafaela Carra, han decidido poner a prueba nuestros corazones y demostrarnos qué significa la palabra equipo por encima de las individualidades.

Pero vamos al lío, que hay que justificar el sueldo y me han pedido una crónica de ambiente. Pues oye, el ambiente fenomenal porque a decir verdad, de los jugadores que están en la cancha conozco a cuatro o cinco de los blancos y a ninguno del UCAM Murcia pero parecen buenos y yo era más de Walter Berry que metía las canastas de todos los colores en aquel efímero engendro de Gil en Villalba. Así que de vez en cuando veo el partido pero echo la mirada constantemente a la grada con los ojos de emigrante. Del que se fue de su pueblo y, a pesar de que vuelve de vez en cuando, hace tiempo que no ve a mucha gente conocida y las va redescubriendo recorriendo con la mirada de trescientos sesenta grados. Y reconoces a bastante gente, a algunos la vida les va tratando mejor que a otros y, los menos, mantienen su pacto con el diablo. Todos ellos con la vista puesta en la cancha, disfrutando, llevándose para el cuerpo esa alegría que tanto necesitan. El partido, por cierto, era el típico de pretemporada donde las defensas aún estaban bastante desajustadas. O al menos eso es lo que un cronista que se precie debe decir para quedar bien y rellenar un par de líneas pero de eso, de la crónica del partido, ya se encarga Fernando.

Que no se me olvide, el Real Madrid perdió. Si es que cuando la cosa está de salir bien, sale.