El botellón es para los menores

Los que tenemos algunos abriles, recordamos con nostalgia aquellas fiestas/guateques que celebrábamos de jóvenes. Todos colaborábamos de algún modo para que todo saliera bien: música, comida y licores.

    ¿Licores?, pues si, también se bebían licores (como siempre se ha hecho por otra parte). Pero había una sustancial diferencia con la actualidad: ningún establecimiento vendía bebidas alcohólicas a menores de edad. Todos lo asumíamos y lo considerábamos normal.

         Hoy los jóvenes se congregan también. La música pasa a segundo plano y el objetivo principal es beber a bajo coste. Y ahí es donde aparecieron numerosos comerciantes "espabilaos", que vieron la oportunidad de hacer dinero fácil (por cierto, la mayoría chinos).

         Aunque la legislación establece la prohibición de vender alcohol (y tabaco) a menores de edad, lo cierto es que no se cumple. El mercantilismo gañán que nos rodea no entiende de edades, tan solo de billetes en la caja. Y aquí he de hacer dos consideraciones:

         1- Los padres de esos menores, ¿saben donde están sus hijos?, ¿están al corriente de lo que están haciendo?, ¿o quizás les da igual?

         2- Las autoridades que han de velar por el cumplimiento de las leyes, ¿porqué prefieren mirar para otro lado y abstenerse de aplicarlas?

         En cuanto a los primeros (los padres), parece que es más cómodo dejar a los chic@s a su bola. Así estamos más libres para hacer lo que nos plazca con nuestro tiempo libre durante el finde.

         ¿Y nuestros gobernantes?. Quien firma este escrito, ha podido observar como patrullas de la Policía Local se sitúan en las cercanías de los puntos de venta de licores las noches "botelloneras". Del mismo modo que yo, las fuerzas del orden podían ver como salen los menores con bolsas de licores variados. Pero como quien oye llover.

         La conclusión a estos hechos (que cualquiera puede observar, ya que nadie se esconde) es clara: a nuestro gobierno municipal le importa bien poco lo que les pueda ocurrir a nuestros menores en los botellones (por un lado), y menos aún preocuparse de aplicar la ley (existente y muy clara al respecto). ¿Por qué?.

         Lo único cierto es que hay una evidente dejación de funciones por ambas partes. De los padres en su calidad de tales y en relación con sus hijos menores. Y de las autoridades por no aplicar la normativa vigente, por vaya ud. a saber que oscuros intereses…