Antes que Puertollano huela a sardina asada y mucho antes que el aroma del incienso inunde las calles de nuestra ciudad debe cumplirse un ritual que, cual remedo de juego olímpico, se repite cada cuatro años; concretamente cuando en el cuarto domingo de mayo se van a celebrar comicios electorales municipales y autonómicos.
Al igual que la mano que mece la cuna, el puño que sujeta la rosa no carece de inteligencia y sabe perfectamente que la segunda ciudad de la provincia, el faro industrial de La Mancha lleva también años siendo granero de los votos socialistas que dirigen el destino de esta ciudad y contribuyen de manera significativa a decidir hacia dónde se decanta el color político de otras instituciones supramunicipales.
El día 1 de febrero asistíamos a la caída de uno de los pétalos de esa rosa socialista que se cree dueña y señora de esta ciudad: el presidente de la Junta, Sr. García Page, acudía rodeado de su séquito a vender las bondades del progreso de las obras de un nuevo hospital que ha sido ya protagonista o actor secundario de tantas campañas electorales que, si en lugar de edificio fuese árbol, podría competir con el mismísimo olmo centenario de nuestro Paseo de San Gregorio.
Obras a su derecha, obras a su izquierda (parafraseando al poema sobre la carga de la Brigada Ligera de Lord Tennyson) se mueven los discursos de los políticos de la rosa que rige y dirige todas las administraciones que nos gobiernan; vendiendo las bondades de las edificaciones, en marcha o en proyecto, del nuevo hospital, de la nueva comisaría, de la calle Ancha, o del Paseo. Pero aquí hay que seguir leyendo a Lord Tennyson: por el valle de la muerte cabalgaron los seiscientos. Y es que el ya extinto estilo de imitación grecorromana de nuestro antiguo Paseo de El Bosque, va camino de convertirse más en pirámide egipcia que albergue los restos de la marchita rosa socialista, con alguna contribución de la hoz comunista, todo hay que decirlo, que de pasar a engrosar los pretendidos logros del equipo de gobierno.
Las lenguas de Puertollano se avivan y nuestros oídos retumban cuando el murmullo y la comidilla se adueñan de las conversaciones que protagonizan las obras del Paseo, de nuestro Paseo, que se ven ahora y de manera urgente adjudicadas por una encomienda de gestión a una empresa que nada tenía que ver con las mismas hasta hace pocas horas. Un auténtico seísmo, lo de tormenta política que he leído en algún medio se queda corto, que sacude la rosa socialista y la hoz comunista y desprende pétalos de una y herrumbre de la otra.
Una obra, eso sí, que ve garantizada su continuidad por la “responsabilidad y valentía” de la que hace gala y saca pecho el equipo del gobierno, aunque eso sí, respaldada por sonrisas poco creíbles, aclarándonos la del primer edil que “no se ha podido actuar hasta tener los datos del estudio y de la financiación”.
Sintámonos afortunados los vecinos de esta ciudad, y es mi humilde opinión, de que el desastre del Paseo haya ocurrido a pocos meses de las elecciones y otras roas que no quieren perder pétalos vengan a rescatarnos y a poner los millones de euros ya conocidos que deben abonarse.
Otro pétalo caído, de la rosa socialista puertollanense, este sin la solera de nuestro nuevo hospital abanderado de tantas campañas que viene a reclamar cambio y responsabilidad en Puertollano.
Hasta aquí la opinión, la política queda por venir; y ahí estará VOX Puertollano.
Félix Canal Calderón
Concejal-Portavoz Grupo Municipal VOX Puertollano
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