Naturaleza en venta

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Son las 10:37 del Martes, 23 de Abril del 2024.
Naturaleza en venta

Asistimos estos días a una situación en la que, cada vez con mayor frecuencia, propietarios y terratenientes "rentabilizan" montes, campos y caminos vecinales merced a la caza, con la aquiescencia de la administración de turno.

 

         La Junta de calamidades y, en mayor medida, algunos consistorios de pueblos bendecidos por su estratégica situación geográfica, han visto la oportunidad de "sacar tajada" de la creciente afición al "escopeteo". De tal suerte que, salir a pasear por el campo, se ha convertido en poco menos que un deporte de riesgo.

 

         Precisamente los meses en que el monte se encuentra en su mayor esplendor. Cuando los paisajes de nuestro cercano Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona" alcanzan su plenitud. Es entonces cuando comienzan los problemas para aquellos que osen intentar practicar algún tipo de afición al aire libre. Porque amigo, la caza manda y condiciona cualquier otra actividad a desarrollar en el entorno natural.

 

         Existe una red de caminos públicos, considerados como tales desde tiempos inmemoriales y reflejados así en textos literarios y jurídicos diversos: caminos vecinales, cañadas, cordeles, etc. Es obligación de las administraciones  velar por su mantenimiento y garantizar la libre circulación por los mismos. La realidad es que se pliegan, ante la presión del señorito de turno (vaya ud a saber respondiendo a que oscuras presiones e intereses).

 

         Y en cuanto a los propietarios de fincas, su obligación es permitir el libre tránsito por los mencionados caminos. Sin embargo, la realidad cotidiana es otra: se instalan verjas y puertas que impiden el paso impunemente. Tan es así, que hay pueblos (como El Hoyo, en las faldas de Sierra Morena) que se han convertido en auténticas penínsulas. Ya que solo se puede entrar y salir de ellos por la única carretera que les comunica con el resto del mundo.

 

         Asistimos pues a un pulso soterrado entre dos actividades de fuerza desigual. De un lado ciudadanos que desean practicar diversas actividades al aire libre en los parajes naturales que les rodean. Y, de otro, un grupo selecto de poderosos propietarios de fincas que, amparados cada vez más por las administraciones, ponen puertas al campo (cercenando los derechos de la mayoría) para obtener beneficio económico del entorno natural.

 

         Y mucho me temo que hoy por hoy, en ésta contienda, los papeles de vencedor y vencido están ya repartidos.

 

 

 

 

 

 

Pepito Grillo

Pepito Grillo