“Para algunas personas el estado de confinamiento vivido ha sido la fórmula perfecta para frenar su frenético ritmo de vida y saborear el día a día desde la calma, la lentitud y el disfrute de los pequeños detalles”, según nos ha contado la psicóloga sanitaria Virginia Parrado (Podcast adjunto).
He charlado con alguna amiga que me ha reconocido, no sin algo de reparo, que firmaba para que al menos, una vez al año, pudiera haber un decreto por el que todos estaríamos en la obligación de aislarnos en casa con lo que más necesitamos, ya sea la familia, el arte, buena comida, una buena siesta o tiempo para no hacer absolutamente nada.
La obligación de parar que nos ha impuesto el confinamiento ha permitido a algunas personas descansar, frenar, dejar de mirar la agenda y el móvil de forma compulsiva, y se han iniciado en rutinas nuevas que suelen adoptarse en vacaciones, aunque sin tanta planificación.
Se ha vuelto a remolonear en la cama, preparar el desayuno con parsimonia, quizás escuchando el grupo que tanto te gusta, has vuelto a ponerte al día con tus lecturas, o con esas recomendaciones de cine y series que tenías en cartera. Has charlado y te has vuelto a encontrar con tu pareja, y aunque la convivencia tiene sus roces, si tu relación funcionaba previamente, ahora estará marchando a todo gas.
En definitiva y sin afán de idealizar este confinamiento, afortunadamente siempre se pueden extraer aspectos muy positivos de todas las circunstancias que nos toque transitar, por lo que este aislamiento forzoso no iba a ser menos. Si ahora se te hace cuesta arriba volver a las rutinas de antes, no por miedo sino por añoranza de las buenas semanas vividas, date por satisfecho pues has conseguido reformular el concepto, habiendo conseguido sentirte realmente libre y reconfortado dentro de tu hogar, dulce hogar.
Virginia Parrado, psicóloga sanitaria
Alumnos de quinto y sexto de primaria del llamado “Ministerio de los asuntos peliaguados” del colegio Juan Ramón Jiménez se encargan de la gestión pacífica de los conflictos que puedan surgir en los patios entre los escolares durante el tiempo de recreo.