De convento franciscano a sede de la Cruz Roja local

A pesar de las buenas perspectivas económicas que por esos años se disfrutaban en Puertollano, Juan Caballero decidió conocer mundo y embarcarse hacia América. No obstante, nunca se olvidó de su localidad natal, por lo que decidió escribir su testamento en 1614 y señalar en él su voluntad de destinar 6.000 ducados de su fortuna a la construcción de un convento franciscano en Puertollano. Posiblemente, Juan Caballero falleciera poco tiempo después de redactar su testamento, ya que fueron los patronos los que solicitaron la licencia para levantar el edificio al rey Felipe III. Éste se la concedió, dando así comienzo a una obra que no pudo ser dirigida por su precursor. 

 

El convento de franciscanos descalzos bajo la advocación de San Pedro de Alcántara estuvo en funcionamiento durante más de dos siglos y entre sus muros habitaron alrededor de trescientos frailes, de los cuales muchos de ellos emigraron al Nuevo Mundo. El convento estaba formado por un claustro de doble planta, huerta, iglesia y refectorio, o lo que es lo mismo, el lugar donde los frailes se reunían para comer y orar.  

 

Tras haber sido concedida la licencia de obras, los frailes decidieron la localización en la que se ubicaría el convento, donde además de habitar, formarían a los niños y niñas de la localidad. Se decidieron por un extenso terreno situado al sur de la Fuente Agria, ya que de ese modo podían aprovechar las aguas ferruginosas del manantial, además de las que ya se filtraban por las cañerías provenientes de los pozos del entorno de la Plaza de la Tercia. 

 

Los pocos restos que atesoraba Puertollano del convento franciscano eran unas piedras que se ubicaban en el friso del antiguo edificio de la Cruz Roja, por lo que al sufrir éste una remodelación, los restos desaparecieron. No obstante, y aunque no se conserve apenas nada de la estructura original del convento, el Museo Diocesano de Ciudad Real alberga un cáliz propiedad de los frailes de dicho convento según  el representante de la Asociación Portus Planus Raúl Daimiel. 

 

Clara García Sillero

 

Fuente: Raúl Daimiel 

Bibliografía de autores: José Domingo Delgado Bedmar, Miguel Fernando Gómez Vozmediano