El Gran Henry, toda una vida regalando ilusión

Enrique Gutiérrez Mazarro, ese es su nombre de pila. Nació en la calle Córdoba de Puertollano en julio de 1934. Con apenas  10 años de edad ya tenía claro que quería ser mago y comenzó aprendiendo de don Quinito, que  llevaba a cabo trucos en la Feria de Mayo.

Así comienza la historia de este ilusionista de Puertollano, que ha triunfado en Venezuela, en China y por todo el mundo.

“Yo tenía claro que quería ser ilusionista, querer es poder”, cuenta a Cope Puertollano.

“Ahora soy un joven de 84 años y me siento realizado porque he conseguido mi sueño”, afirma el gran Henry que tiene ya tres generaciones de magos. Su hijo, Henry Junior y su nieto también son ilusionistas. “En muy poco tiempo, serán mejores que yo”, dice de ellos.

Vive en Venezuela “porque es muy difícil arrancar las raíces de 60años” pero este mes de septiembre está en Puertollano.

Llegó para disfrutar de las fiestas de su patrona, la Virgen de Gracia, a la que admira porque “ella  me  ayudó a ser mago cobrando y poder vivir de esto” y se marchará a finales de mes a un país al que ama “pero donde ahora no se vive bien”.  “Aunque puedas comprar no hay comida suficiente, no hay medicinas”, por eso no descarta volver, en algún momento a esta ciudad.

El Gran Henry cree en la fortuna y el azar pero no en el destino porque “todos nacemos con una hoja en blanco que tenemos que llenar a base de  compromiso, esfuerzo y ganas” y asegura que  ellos “no engañan a nadie ni tratamos de decir que tenemos poderes extraordinarios, no, solamente creamos una ilusión que nos hemos ingeniado para que el público se divierta, que es lo importante”.

Pero para crear esa ilusión “hacen falta más cosas como una buena presencia en el escenario, carisma, don de palabra y lo último de todo es el truco, es hacer la ilusión”, ha explicado.

Ahora, que “sigue siendo joven a sus 84 años” sigue ilusionando y lo hará hasta el final.

El Gran Henry, un mago que como cualquier persona ha ganado y perdido cosas por este camino que es la vida. Lo que nunca perderá es la ilusión.

Fuente: La Voz de Puertollano, Ana Contreras