El pelo plateado de Rafael Alberti abre esta muestra en la que Martín se convierte en el cazador de almas de nombres como Andy Warhol, Annie Leibovitz, Camarón de la Isla, Felipe González, Gloria Fuertes, Antonio Gades, Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Mario Vargas Llosa, Lola Flores, Lola Flores, Concha Piquer o un joven Miguel Ríos.
Miradas puertollaneras
También hay espacio para miradas puertollaneras, como las de la escritora María Dueñas o la exalcaldesa y ministra de política territorial, Isabel Rodríguez, aunque ha faltado la de su gran amiga Cristina García Rodero, que se encuentra en estos momentos en la India, y que “se merece estar entre estos notables personajes”, afirmó Ricardo Martín, con la que mantiene una larga amistad desde que formó parte del Consejo Asesor del Centro Andaluz de Fotografía.
Ochenta retratos
Una colección de 80 retratos de las personalidades más importantes de la cultura, política y del cine de las últimas décadas de nuestro país, como desveló la concejal de cultura, Esther Mora, que subrayó que el Museo Cristina García Rodero retome su actividad expositiva tras dos años de pandemia.
Una muestra que estará abierta hasta el 8 de mayo tras pasar por salas de Sevilla, Málaga, Cádiz, Granada o Valencia y que el propio fotógrafo actualiza con nuevas obras, afirmó Mora, que agradeció a Ricardo Martín el apoyo y cariño con el que ha hecho posible esta exposición y al Club Manchego de Fotografía por su colaboración.
Una exposición con la que Martín hace un recorrido por 51 años de trayectoria profesional en la que hace una llamada a una mirada reflexiva y silenciosa, desde un jovencísimo Miguel Ríos en 1971 hasta la última que ha incluido de Isabel Rodríguez en un retrato a color.
Una muestra que surgió de una propuesta de Elvira Lindo para que recuperara su trabajo de a lo largo de tanto tiempo y que supone una invitación al conocimiento de una parte importante de nuestra historia por parte de los más jóvenes de personas que han significado mucho.
“Fueron hechas en su día para verlas en las páginas de papel del periódico para ser vistas con mucha urgencia y ahora la verdad que con el paso del tiempo y en un contexto diferente como este magnífico museo cobran una dimensión especial”.
Ricardo Martín confiesa que se ha acercado a estos personajes con el interés del profesional de la prensa y una curiosidad y admiración hacia ellos. “He tratado siempre de no forzar las poses, de dejar estar, salvo algunas que son de estudio, como el retrato de Victoria Abril, fotos respetando en el entorno en el que estaban y dejándolos estar a su aire”.
Un trabajo en el que siempre ha buscado la sencillez y la claridad que en el fondo son ingredientes de la prensa en general. Me hace reflexionar que en un mundo de la turbulencia es esencial que haya sitios “como este museo como este sirvan para reposar la mirada y contemplar con mayor detenimiento a los personajes”.
El fotoperiodismo es cultura
Todo ha cambiado, recalca Martín, desde una fotografía más artesanal a una fotografía automática, pero deja claro que el fotoperiodismo es cultura “porque añade conocimiento y está bien conocer a personajes notables a través de su expresión y de sus miradas”.
Martín plasma un tiempo en el que manera de hacer la fotografía era más artesanal y competía con la imagen en movimiento de la televisión, “no había Internet no había redes y las fotografías de este corte tenían mucha presencia e impacto en la prensa de papel y en la capacidad de reflexión a la que te invita un retrato no te la da la imagen en movimiento, que es un torrente que pasa”.
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