Seis contenedores naranja ya están ubicados en la plaza María Auxiliadora, plaza Vía Crucis, Alejandro Prieto (junto al Mercado), confluencia de Magdalena con Gran Capitán, Aldea del Rey y Punto Limpio (carretera de Mestanza).
Se podrán depositar aceites utilizados en el cocinado de alimentos en los ámbitos doméstico, centros e instituciones, hostelería, restauración y análogos, que su poseedor desecha o tiene la intención o la obligación de desechar.
Con esta medida se facilita el proceso de desechar los aceites de cocina usados ya que incluso en cantidades pequeñas desecharlos por fregaderos, inodoros u otros elementos de la red de saneamiento pública, es una práctica que se debe evitar.
Evitar contaminación del agua
Se estima que un litro de aceite puede contaminar mil litros de agua y también implica riesgo de atascos de tuberías, dificultades e incremento de costes en los procesos de depuración de aguas residuales, así como la formación de una película superficial en aguas de ríos, lagos, etc., que afecta al intercambio de oxígeno y perjudica a los seres vivos de los ecosistemas.
Mejorar la gestión de residuos
La concejala de Medio Ambiente, Noelia Caballero ha señalado «que con esta iniciativa se pretende ampliar el compromiso con el medioambiente, mejorando la gestión de los residuos». El aceite de cocina usado es un residuo altamente peligroso, que interfiere con la vida submarina y terrestre y es capaz de contaminar, por cada litro, hasta un millón de litros de agua.
Con esta medida el equipo de gobierno «refuerza su compromiso por la consecución de los objetivos de desarrollo 13, 14 y 15 de la Agenda 2030, para encaminarnos a una ciudad más sostenible y más amable», subraya la concejala.
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