En un piso de unos 50 metros cuadrados en pleno centro de Madrid, intentan María y Miguel, vecinos de Los Pozuelos y Corral respectivamente, sobrellevar el Estado de Alarma por la situación sanitaria del coronavirus, que entre otras cosas, limita la libertad de circulación de los ciudadanos.
María es logopeda y educadora y desde el miércoles pasado no puede ir a trabajar. “Trabajo con personal de riesgo y no podemos estar en contacto con ellos, además, se da la circunstancia de que ese mismo día comencé con mocos y dolor de garganta, así que estoy en casa desde entonces”, ha contado en Cope Puertollano.
Su pareja y compañero de piso, Miguel trabaja en una tienda de bicis. “La tienda ha cerrado, así que estoy en casa, en mi caso no podemos tampoco hacer teletrabajo, aunque mantenemos la página web y los pedidos online”.
“Estos primeros días en casa los hemos aprovechado para hacer limpieza a fondo, ver la tele, hacer ejercicios que retrasmiten en directo por Instagram…pero claro, son solo los primeros días, aún quedan muchos...Solo nos queda armarnos de paciencia”, han relatado.
“Nos acordamos estos días mucho de nuestra familia, más que de costumbre, la que vive en el pueblo, allí por lo menos tienen patios grandes y corrales a los que salir sin desobedecer el Estado de Alarma, pero aquí el espacio es el que es”, asegura María.
Su hermano Luis, también trabaja en Madrid, en un centro de salud, es enfermero y tiene 24 años. Vive en un piso con otras tres personas y asegura “que no son tiempos fáciles pero que todos están poniendo de su parte, están trabajando muchísimo, doblando turnos para intentar hacer el trabajo de la mejor forma”. Además, tiene compañeros que están de baja porque han contraído el Covid-19.
Mas al nordeste de Madrid, en Alcalá de Henares, se encuentra, confinada en un ático de 20 metros cuadrados Ester y su compañero de piso, José Arroyo ambos de 29 años. Ella es de Corral de Calatrava, él es de Lucena, un pueblo de Córdoba, y la situación se repite. Ambos son profesores de primaria en un colegio en Torrejón de Ardoz.
“La situación ha cambiado mucho en los últimos días, el miércoles pasado íbamos a hacer turnos de trabajo para asistir al cole, pero desde el viernes estamos en casa”, cuenta Ester. José ha añadido “que cuentan con las plataformas digitales para poder teletrabajar, pero la mayoría de sus alumnos no tienen esas herramientas, provienen de familias desestructuradas y con pocos recursos”.
Además de trabajando en su horario habitual, pero no desde el lugar habitual, ellos ocupan su tiempo “haciendo tablas de ejercicio, hay varias aplicaciones que nos permiten seguir estando en forma”, teniendo en cuenta que a diario solían ir al gimnasio. También “viendo series, películas, leyendo o cocinando”.
No queda otra en estos tiempos de coronavirus que “ser responsables, estar en casa, salir solo a lo imprescindible y necesario y armarse de paciencia”. Aunque en los pueblos, hay personas que aún no están concienciadas al cien por cien de la situación, en ciudades como Madrid lo están desde hace días.
Fuente: La Voz de Puertollano
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