Los azules suman una victoria de mucho mérito ante un Villarrobledo herido tras su última derrota y que no pudo lamer sus heridas en el Cerrú, un campo inexpugnable que empieza a ser campo imposible para los rivales
Por Fernando Romero
Triunfazo. Sin más. El Calvo Sotelo recibía en el Cerrú en la tarde de este domingo a todo un Villarrobledo. Palabras mayores. Equipo confeccionado para estar peleando por la primera plaza y, como mal menor, para jugar fase de ascenso a Segunda División B. Está en buena posición para lograrlo y, si se apela a la “normalidad”, lo conseguirá. Pero tendrá que ser a partir del próximo fin de semana, puesto que del Cerrú no ha podido sacar resultado positivo para sus intereses.
Y es que este Calvo Sotelo empieza a hacer de su estadio un territorio inexpugnable. Llegaba herido el Villarrobledo y con la única idea de recuperar los tres puntos perdidos una semana antes en Villarrubia. Pero los azules ya no son presa fácil. En esta ocasión, y tras los compases iniciales de tanteo, tuvieron ocasiones para irse con ventaja al descanso. Y tras varias ocasiones, un disparo al palo y un gol anulado a los visitantes llegaba la recompensa en forma de penalti, transformado por Usero justo antes de abandonar el campo para descansar.
Una mínima ventaja que sirvió para dar los tres puntos a un Calvo Sotelo al que le tocó sufrir hasta el final por lo ajustado del marcador, pero que pudo haberse ido a los últimos minutos con algo más de relax si hubieran estado más certeros de cara a puerta en las ocasiones que tuvieron. Pero triunfo sin sufrimiento no sabe tan bien. El pitido final servía para compartir el júbilo con la afición y para sumar un “más 3” en la clasificación que sabe a gloria, no solo por la buena dinámica de trabajo y resultados, sino por haberlos sumado ante un “gallito” del Grupo 18 de esta Tercera División.
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