Ambientazo en las gradas para el primer derbi entre dos equipos de Puertollano, que al final de decantaba del lado azul tras ver un choque con una mitad para cada equipo y donde Puertollano volvía a ser ejemplo provincial y regional en el mundo del fútbol
Por Fernando Romero
Precioso derbi el que se pudo presenciar en el Cerrú este domingo. Impresionante ambiente en las gradas y ejemplo de deportividad en casi todos los sentidos. Desde el campo hasta la grada. Cada afición animando a su equipo. Cada equipo defendiendo su escudo. Y, aunque a alguno le duela, cada club representando a una ciudad que, una vez más, ha vuelto a ser un referente provincial y regional. La llamada a la normalidad no generó violencia, al contrario, generó un gran ambiente y ayudó a darnos cuenta que se puede defender unos colores sin faltar el respeto al rival ni a su afición, y más tratándose de dos equipos de la misma localidad. Es para sentirse orgulloso.
La Tribuna del Cerrú llena hasta reventar deja claro que Puertollano es una ciudad de fútbol. Desgraciadamente hoy dividida, pero futbolera hasta la médula. Era uno de esos días en los que las calles respiraban fútbol por los cuatro costados, desde la misma matinal. Uno de esos días donde el futbolista se siente grande, donde el Cerrú se alegra de haber renacido y donde los aficionados huelen fútbol y se contagian de su pasión y su magia. Porque, en tardes como las de este domingo, queda demostrado que el fútbol es magia, pasión en estado puro.
Los abrazos de los jugadores antes y después del partido dejan claro que, al fin y al cabo, todos son hermanos de la misma madre, como decía Petit el pasado martes, lo que pasa es que los padres se han empeñado en traernos un derbi para darle morbo y salsa al asunto, o para que se quiten puntos entre ellos para agradecimiento eterno del resto de rivales. Pero como eso ya no va a cambiar, lamentablemente, ha tocado vivir con intensidad este partido. Así lo han vivido los jugadores sobre el césped. Tensión, nervios, emoción, una parte para cada equipo y un héroe aparecido en tiempo de descuento para desequilibrar la balanza.
UNA PARTE PARA CADA EQUIPO
Porque el partido dejó a un Calvo Sotelo netamente superior en la primera parte, avisando desde el minuto 1 con un disparo al palo de Valdivia, con dominio del balón y con un control absoluto de los primeros cuarenta y cinco minutos. Y a un Atlético Puertollano netamente superior en la segunda parte, con dos grandes ocasiones en las botas de Juanmi y otra de Cristian que aun nadie acierta a saber como no pudo acabar en gol. Total, que el empate habría sido el resultado más justo en este partido, viendo el trabajo de uno y otro equipo. Pero cuando se llegaba al minuto 93 aparecía la figura de Adolfo, el héroe del Calvo Sotelo este partido, para rematar de cabeza un balón centrado desde el corner y mandar el balón al fondo de la red de Usero. Un gol que vale tres puntos. Un gol que decanta un derbi a favor del Calvo Sotelo. Un gol que vale un liderato tras la derrota de La Solana en casa del Caudetano (2-1).
Nada que reprochar a ninguno de los dos equipos. En esta ocasión ha salido mal parado el Atlético Puertollano, pero su afición puede estar bien orgullosa de ellos. Un beneficiado, el Calvo Sotelo, y su afición celebró, bien orgulloso de ellos, la victoria sobre el césped. Como si hubieran ganado la final más importante del mundo. Por eso, por mucho que se quisiera vender que este derbi era un partido más, la magia del fútbol ha dejado claro que no, que este era un partido especial, un partido distinto. Digan lo que digan, el pitido final de un arbitro que no convenció ni a unos ni a otros, deja claro que éste... no era un partido más. La cara de la derrota y la cara de la victoria lo dejaba claro.
POR ENCIMA DE TODO, GRAN AMBIENTE
Hubo algún mal gesto por parte de algún jugador “local” y “visitante”. Pero eso no sirve para ensuciar un gran derbi. Allá cada uno con su conciencia. Tan importante es saber perder como saber ganar. En la tarde de este domingo ganó el fútbol de Puertollano, ganó la ciudad, ganó la deportividad ante el radicalismo imbécil. Un día que quedará para la historia, donde ganó el buen ambiente entre ambas aficiones y donde los tres puntos se fueron al casillero del Calvo Sotelo. Queda mucha liga, y ambos están llamados a estar en lo más alto luchando por el ascenso. Lo triste es que tenga que ser por separado... Triste pena...