En la segunda parte se desató el partido y los azules se dieron un festín con un Iván Limón que, anotando los tres últimos goles, se convirtió en el héroe de estos octavos de final de Copa Federación ante el delirio de los aficionados que se dieron cita en el Cerrú
Por Fernando Romero
El Calvo Sotelo pasa de ronda en Copa Federación y lo hace por la puerta grande: goleando a su rival y dando una lección de eficacia en la segunda parte ante la mirada ilusionante y agradecida de sus aficionados. El equipo de Darío Martín demostró gol y lo hizo en la figura de Iván Limón, que en esta ocasión se vistió de héroe para ayudar con el pase de ronda y que le permite a los azules seguir soñando con la querida “Copa del Rey de los humildes”.
En la primera parte, el equipo azul tuvo que ver como los visitantes se ponían por delante en el minuto 7 de partido. Un golpe nada más empezar que no sirvió, ni mucho menos, para que el Calvo Sotelo cayera a la lona. Poco a poco se fueron igualando las fuerzas pero hubo que esperar a dos minutos antes del descanso para ver cómo se igualaba el marcador, siendo Domenech quien ponía las tablas con las que se marcharían los jugadores al túnel de vestuarios.
UNA SEGUNDA PARTE DE LOCURA Y GOLES
En la segunda parte se desató la locura. En todos los sentidos. En esta ocasión quien golpeó primero fue el equipo de Darío Martín gracias a una gran jugada individual de Valdivia que servía para poner el 2-1 y devolver el golpe a los andaluces, que tampoco cayeron a la lona y que le dieron más tensión y emoción al partido con el gol de Mario tan solo un minuto después.
Con ambos equipos en busca del tanto que desequilibrara la balanza, el partido pasaba a ser un “toma y daca” donde cualquiera podía tomar ventaja. Pero para suerte puertollanera apareció el acierto de un inspirado Iván Limón que adelantaba al Calvo Sotelo y que con dos goles más antes del final sí que tumbaba al Torredonjimeno que ya se vio superado y derrotado. Un hattrick que dejaba una sonrisa enorme en el de Fuencaliente y el resto de compañeros que vieron como el trabajo y la fe volvía a dar sus frutos en forma de goleada y clasificación para la siguiente ronda. Ahora ya solo queda decir: “que pase el siguiente”.
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