El canario regresa a su casa, despidiéndose del club azul tras una bonita etapa donde ambas partes han demostrado respeto y compromiso, dejando un bonito mensaje de despedida a directivos, compañeros y aficionados
Por Fernando Romero
Ribalta no continuará en el Calvo Sotelo. Duele escribirlo, leerlo y asimilarlo. Y es que, con todo el cariño del mundo al resto de jugadores que han abandonado el club, hay bajas y bajas. Y ésta es de las que hacen daño porque toca despedir a un jugador que, durante sus tres temporadas como azul, ha demostrado una profesionalidad y compromiso a la altura de lo que se espera de un futbolista cuando defiende el escudo del Calvo Sotelo.
El club emitía un comunicado con su baja reconociendo que “lamentamos comunicar que el jugador canario regresa a su casa y no continuará en el club”… Con el lamentamos comunicar queda claro que también para la directiva y, como consecuencia, para el cuerpo técnico, es una baja más que sensible por lo que aportaba sobre el campo y dentro del vestuario.
Ribalta también mostraba su cariño y agradecimiento tras su etapa como jugador del Calvo Sotelo, reconociendo en redes sociales su felicidad durante su estancia en Puertollano y la tristeza al tener que anunciar su adiós, que para los socios y aficionados azules será un “hasta siempre”.
“Querida afición calvosotelista. Hoy me despido de la que ha sido mi casa las tres últimas temporadas, no sin antes agradecer a cada uno de los integrantes de este club en el cual he vivido los momentos más importantes de mi carrera. Quiero agradecer al cuerpo técnico por darme la oportunidad de pertenecer a esta familia, a los compañeros de equipo y a la gran afición de El Cerrú, a la que siempre llevaré en mi corazón por haberme dado tanto cariño en los momentos buenos y no tan buenos. Por último, desearles que logréis pronto volver a la categoría que merecéis. Desde hoy os seguiré como un aficionado más”.
Con estas palabras se cierra un capítulo de amor entre Ribalta y el Calvo Sotelo. Solo queda desearle la mayor de las suertes a nivel personal y profesional. La demarcación de lateral queda coja, toca buscar un reemplazo que, al menos, iguale al canario. Misión complicada.