28 de Julio: Día Mundial de la Hepatitis

Escucha la radio con La Voz de Puertollano
La voz de Puertollano
La Voz de Puertollano en Facebook
La Voz de Puertollano en Twitter

Son las 18:39 del Sábado, 14 de Diciembre del 2024.
28 de Julio: Día Mundial de la Hepatitis

 

Por Rebeca Abengózar Muñoz

 

La Voz de Puertollano, en colaboración con el Colegio de Enfermería de Ciudad Real y con Rebeca Abengózar, te ofrecen esta sección: "Días para la Salud"

 

28 de Julio:

Día Mundial de la Hepatitis

(Por Rebeca Abengózar Muñoz)

 

El Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebra el 28 de julio, es una oportunidad para intensificar los esfuerzos nacionales e internacionales en la lucha contra la hepatitis, fomentar las acciones y el compromiso de las personas, los asociados y el público, y poner de relieve la necesidad de una respuesta mundial más amplia, como se indica en el Informe mundial sobre la hepatitis de 2017 de la Organización Mundial de la Salud, (OMS)

La fecha del 28 de julio fue elegida porque es el cumpleaños del científico ganador del Premio Nobel, el Dr. Baruch Blumberg, quien descubrió el virus de la hepatitis B (VHB) y desarrolló una prueba de diagnóstico y una vacuna para el virus.

 

Tipos de Hepatitis

Existen cinco tipos de virus de la hepatitis, denominados A, B, C, D y E. Si bien todos ellos causan enfermedad hepática, difieren de forma importante en cuanto a su mecanismo de transmisión, gravedad, distribución geográfica y métodos de prevención. Afortunadamente, algunos tipos de hepatitis se pueden prevenir mediante la vacunación.

 

Cuál es el pronóstico de las hepatitis virales

Las hepatitis agudas epidémicas, producidas por los virus A y E, nunca se hacen crónicas, y se curan espontáneamente en la mayor parte de los casos, aun cuando menos del 1 por ciento puede tener un curso fulminante que requiera tratamiento urgente e incluso trasplante hepático.

La hepatitis B aguda se cura en un 90 por ciento de los casos, pero el 10 por ciento restante evoluciona hacia una hepatitis crónica.

La hepatitis aguda por virus C se hace crónica hasta en un 80-90 por ciento de los casos.

La hepatitis autoinmune es siempre crónica. Todas las hepatitis crónicas pueden evolucionar hacia una cirrosis hepática, con las complicaciones que de ella pueden derivarse.

 

Cómo se diagnostican las hepatitis virales

El dato que inicialmente lleva al diagnóstico es el aumento de los niveles en sangre de las transaminasas, enzimas que son liberadas a la sangre por la muerte celular producida por la inflamación del hígado.

Esta elevación puede ser muy importante en las hepatitis agudas, y es leve o moderada en las hepatitis crónicas.

A partir de ahí, el diagnóstico se completa con otras pruebas analíticas que, además, ayudarán a encontrar la causa de la hepatitis y a determinar su severidad y su pronóstico.

Para el diagnóstico definitivo es necesario, en muchos, casos realizar una biopsia hepática.

 

Tratamiento de las hepatitis virales

No existen tratamientos específicos para la hepatitis A. El cuerpo eliminará el virus de la hepatitis A por sí solo. En la mayoría de los casos de hepatitis A el  hígado se cura antes de los seis meses y no presenta daños duraderos. El tratamiento de la hepatitis A, generalmente, se enfoca en estar cómodo y controlar los síntomas.

La hepatitis aguda por virus B tampoco se trata, siguiendo su evolución para evitar complicaciones y valorar su posible cronificación.

La hepatitis aguda C, dada su alta tasa de cronificación, se trata con medicamentos para evitar su cronificación.

Las hepatitis crónicas, (Hepatitis D), debido al potencial desarrollo de cirrosis, habitualmente se tratan siempre bajo supervisión del especialista.

No existe tratamiento específico para la hepatitis E aguda. El prurito, si aparece, se puede aliviar con colestiramina tomada por vía oral, bajo prescripción médica; administrada durante 12 semanas, puede ser un tratamiento eficaz para la hepatitis E crónica, aun así, se necesitan más estudios.

Por último, las hepatitis autoinmunes al tratarse de una enfermedad de causa desconocida, no existe un tratamiento curativo.  Se tratan con corticoides, y, en muchas ocasiones, con otros fármacos inmunosupresores asociados, como azatioprina, ciclosporina, tacrolimus o micofenolato, siempre bajo prescripción médica.

 

Fuentes: Entre otras: Organización Mundial de la Salud; Clínica Universitaria de Navarra

Rebeca Abengózar