¿Qué sabemos de la “Viruela del Mono”?

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Son las 18:23 del Sábado, 14 de Diciembre del 2024.
¿Qué sabemos de la “Viruela del Mono”?

 

Por Rebeca Abengózar Muñoz

 

La Voz de Puertollano, en colaboración con el Colegio de Enfermería de Ciudad Real y con Rebeca Abengózar, te ofrecen esta sección: "Días para la Salud"

 

¿Qué sabemos de la “Viruela del Mono”?

 

(Por Rebeca Abengózar Muñoz)

 

La viruela símica, (Viruela del Mono), es una enfermedad infecciosa causada por un virus transmitido a los humanos por animales infectados, pero también se puede transmitir entre personas a través del contacto físico cercano. La viruela se caracteriza por erupción o lesiones cutáneas generalmente concentradas en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies.

El 14 de agosto la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró Mpox, (Viruela del Mono o viruela símica), como emergencia sanitaria internacional después de un brote de casos en África.

En la mayoría de los casos, la enfermedad se recupera espontáneamente en dos o tres semanas. Entre el 0,1% y el 10% de las personas infectadas con Mpox han muerto. Las tasas de mortalidad pueden variar de un contexto a otro debido a varios factores, como el acceso a la atención médica y la inmunosupresión subyacente, especialmente debido al VIH no diagnosticado o al VIH avanzado, según la Agencia de Salud de la ONU.

 

Síntomas

Los síntomas comunes son un sarpullido que dura de dos a cuatro semanas y puede acompañarse de fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, dolor de espalda, disminución de la energía e hinchazón de los ganglios linfáticos.

El sarpullido puede ir acompañado de ampollas y afectar la cara, las palmas de las manos, las plantas de los pies, la ingle, las regiones genitales y/o anal, la boca, la garganta o los ojos. El número de lesiones puede variar de uno a varios miles.

Las personas con viruela se consideran contagiosas al menos hasta que todas las vesículas se han cubierto con una corteza, estas han caído y una nueva capa de piel se ha formado debajo, y todas las lesiones en los ojos y el cuerpo se han curado. En general, se tarda de dos a cuatro semanas. Los informes muestran que las personas pueden ser reinfectadas después de tener viruela.

 

Cómo se propaga el Mpox

La viruela símica puede propagarse a través del contacto directo con animales infectados y materiales contaminados. Esto puede incluir artículos como ropa, ropa de cama y toallas.

El contacto íntimo también puede propagar el virus entre las personas, por ejemplo, mediante besos, gotitas respiratorias que se propagan al hablar con alguien infectado y contacto directo con piel infectada o lesiones en la boca o los genitales. Las embarazadas pueden transmitir el virus al feto.

 

Tratamientos

Según la OMS no hay tratamientos específicos contra la infección por el virus de la Mpox. Los síntomas de la viruela símica suelen resolver espontáneamente. La atención clínica de la viruela del mono debe optimizarse al máximo para aliviar los síntomas, gestionar las complicaciones y prevenir las secuelas a largo plazo. Es importante cuidar la erupción dejando que se seque si es posible o cubriéndola con un apósito húmedo para proteger la zona si es necesario. Debe evitarse tocar cualquier llaga en la boca o los ojos.

En caso de infección por Mpox, el aislamiento de la persona enferma, la acción de barrera y el tratamiento para aliviar los síntomas son esenciales. Los medicamentos antivirales y las inmunoglobulinas se recetan para las personas más vulnerables, según las autoridades sanitarias españolas.

Las personas con Mpox grave pueden necesitar hospitalización, atención de apoyo y medicamentos antivirales para reducir la gravedad de las lesiones y acortar el tiempo preciso de recuperación según la OMS.

 

Son eficaces las vacunas contra La Viruela del Mono, (Mpox).

En la actualidad hay dos vacunas aprobadas y eficaces contra Mpox.

Varios estudios han demostrado que la vacunación es efectiva en un 85% para prevenir la enfermedad. Haber sido vacunado puede conducir a una enfermedad menos grave.

Rebeca Abengózar