Yo no sé si el sacerdote Toño Casado en su mejor sueño de lo que quería para su acariciada creación de “33” había imaginado alguna vez la repercusión y el impacto que iba a provocar su anhelado musical: “33 El musical” es un espectáculo a la altura de la mejor superproducción de Broadway, y una experiencia iniciática capaz de atrapar y emocionar al más incrédulo.
33 el musical habla de Jesús y del Evangelio, pero alejado de cualquier tópico que se pueda asociar a un auto sacramental, alejado incluso de la imagen a veces casposa que se pueda relacionar con el tema. Un montaje que habla de ambición, de poder, de conspiración, pero también habla de tolerancia, de utopías y de Amor.
“La historia del mayor influencer” se puede disfrutar en el "espacio 33" , una enorme carpa instalada sobre una superficie de 7000 metros cuadrados en el recinto madrileño de IFEMA: Un confortable y efímero teatro con capacidad para 1200 personas y un escenario colosal de casi quince metros de boca escénica
Un montaje milimétricamente medido para que, voces, músicos, luces, vestuario, bailes, escenografía, y toda la magia del teatro perfectamente amasadas conecten desde el minuto uno con el espectador. Un proyecto perfectamente ajustado para que el montaje, las canciones y el mensaje vaya siendo digerido y saboreado poco a poco durante las dos horas de espectáculo hasta llegar al final, a bocaditos cortos, creciendo en intensidad para desembocar en una explosión de sensaciones y de emociones que irremediablemente sacudirá el alma de cualquiera.
El también creador del musical “Vampiros” ya había advertido que “33 el musical no es un sermón evangelizador, sino una inyección de optimismo en el mundo que tenemos hoy”. Para conseguirlo nada mejor que envolver al espectador en una placentera atmófera en la que solo el formidable escenario le deslumbre con infinidad de recursos, un juego de luces espectacular y un videomaping que no ahorra recursos para sorprender y mantener hipnotizado al asistente . Con soluciones efectistas y una coreografía perfectamente dirigida, el espectador asistirá a una función inolvidable que le tendrá pegado a la butaca de principio a fin. Una producción y unas magníficas voces solistas, coro, actores y actrices, de caras conocidas provenientes de series de televisión y programas musicales, perfectamente dirigidos que cumplen fielmente con el espíritu que este joven sacerdote soñó hace quince años cuando empezó a componer el esbozo de lo que hoy día es “33 el musical” el sueño de Toño. Para no perdérselo.