Por Javier Romero Serrano
Año 1984. Recuerdos de un viaje a Valdepeñas con mi padre en un Seat 131 Mirafiori (versión inferior del modelo Supermirafiori, cuya única diferencia eran los elevalunas eléctricos y el cierre centralizado, suficiente en aquella época para pasar de ser normal a súper).
En el radiocasete del coche suena un tema que no pude terminar de escuchar porque la censura del momento que habitualmente no prestaba atención a las letras de las canciones, ese día estaba concentrado en algo más que la conducción del vehículo. Solo pude escuchar “Hay un tipo dentro del espejo que me mira con cara de conejo…Oye tú, tú que me miras, es que quieres servirme de comida…. Soy un macarra, soy un hortera...” y después proseguía con lo que fue el detonante del cambio de emisora “ipso facto”. En aquellos años, un chaval de 14 años no estaba preparado para semejantes contenidos.
Pero ya sabéis lo que ocurre en estos casos. Se despertó mi curiosidad por este grupo. El sonido de aquella banda llamada Ilegales me gustaba… En aquellos años de tanta riqueza musical surgía algo diferente (suma y sigue). Para mí lo más destacable era la pureza del sonido de la guitarra eléctrica de Jorge Martínez y un impecable trabajo en los estudios de grabación de la casa discográfica EPIC. Lo pude comprobar cuando conseguí a través de un amigo, el disco de vinilo y lo escuché. Me costó localizar el disco algo más de lo que ahora nos cuesta acceder a cualquier contenido, pero tenía su encanto el proceso de búsqueda cuyo final desembocaba en la grabación del LP en una cinta de casete.
“Soy un macarra” fue el detonante que despertó mi interés por el grupo. Después descubrí temas como el que daba título al LP, “Agotados de esperar el fin”, “El piloto” y temas de su primer LP del año 1983 que simplemente se tituló “Ilegales”, con portada original diseñada por Ouka Leele y que contenía temas como “Tiempos nuevos, tiempos salvajes”, “Hombre solitario”, y sobre todo otro tema que, de haber llegado a los oídos de mi padre, también habría sido censurado, “Hola, mamoncete”. Especialmente, os invito a escuchar estos 2 primeros trabajos que no os dejarán indiferentes.