Mujeres en huelga

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Son las 11:06 del Viernes, 29 de Marzo del 2024.
Mujeres en huelga

 Si Eva hubiese escrito el génesis,  ¿Cómo sería la primera noche de amor del género humano? Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla,  ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que parirás con dolor y tu marido te dominará.  Que todas esas historias son puras mentiras que Adán contó a la prensa ». Eduardo Galeano

Nunca celebré ninguna efeméride porque siempre consideré que ese día tan especial que tenemos la obligación de rememorar deberían ser todos los días del año. Sin embargo el día de la Mujer Trabajadora es la única celebración  que me inspira un reconocimiento incondicional. Qué mayor credibilidad para una reivindicación justa.

Coincidiendo con esta fecha, sindicatos, ONG, instituciones internacionales aprovechan para hacer públicos sus estudios en los que no cuentan nada nuevo de lo ya escuchado hace muchos años, denunciando la situación actual en que se encuentra el empleo femenino, tanto desde la perspectiva laboral como académica pero sobretodo su situación en relación a los derechos humanos. Incluso, por primera vez, se ha convocado una huelga general de mujeres a la que me adhiero sin discusión. Incluso el humanista cardenal Osoro suma a la Virgen María a la misma. ¿Quién da más?

Por supuesto, “las herederas de aquella sección femenina” proponen trabajar el doble, como las japonesas dicen.  Como si sirviese de algo, en este tiempo, trabajar más para mejorar la calidad de vida. Creo que esta idea puede ser premonitoria. Estos neo -demócratas “no dan puntada sin hilo”.

Sabemos, las mujeres más que nadie, que ya se trabaja el doble para tener un sueldo digno. Poco a poco esta será la norma. Y no te quejes que por lo menos tienes trabajo.

Cada año denunciamos que de todo lo que se prometió nada se cumplió. Por eso este año no he cambiado sustancialmente mi discurso. Sigue estando de rabiosa actualidad.

Resaltaré las cifras de siempre: las mujeres trabajan más que los hombres (5 semanas más al año) combinando las tareas remuneradas y no remuneradas según un estudio del Overseas Development Institute (ODI); Las mujeres españolas tienen que trabajar 79 días más al año para ganar lo mismo que el hombre siendo esta brecha salarial una de las más elevadas de Europa. Así mismo la pensión media de las asalariadas es un 36% menos que la de los hombres. El salario medio mensual de las mujeres fue 500 euros menos que el recibido por los hombres según el Instituto Nacional de Estadística. Un informe de la UGT señala que el 90% de las personas que reciben una pensión entre 350 y 400 euros son mujeres.

Cada año ponemos la cara de circunstancias, cantamos el mea culpa y nos convocamos para un futuro cambio que nunca llega. Lo que es más paradójico en este asunto es que todos los partidos políticos están más o menos de acuerdo en que la situación tiene que cambiar necesitando de grandes reformas a diferentes niveles de la administración que permitan a la mujer trabajadora situarse a niveles paritarios, no solo en cantidad sino sobre todo  en calidad y remuneración frente al trabajo ejercido por los hombres.

Este es un tema tan unánime que parece bastar con denunciarlo, asumiéndolo como inevitable. Como si esta injusta situación la creasen los tan socorridos mercados ante cuyo dictado nada es posible. ¡Venga ya!

A pesar de lo manifiestamente injusta, esta situación, nunca fue prioritaria, más allá de los programas electorales de los partidos políticos, en la acción política. Será porque están todos más o menos de acuerdo o porque les importa poco. La situación es tan paradójica que me pregunto si estarán acaso de acuerdoen no hacer nada.

De todos modos, la situación de la mujer no solo es un tema que concierne al empleo sino también al estado de flagrante indefensión en relación a las leyes que deberían protegerlas: violaciones impunes seguida de exclusión social, explotación laboral, exclusión para la formación técnica o universitaria, venta y moneda de cambio sexual en conflictos armados y en paraísos turísticos, matrimonios interesados con hombres que nunca han visto, incluso de niñas con ancianos, lapidaciones por la simple sospecha de una relación extramatrimonial, ablaciones de los órganos genitales reprimiendo su acceso al placer como privilegio reservado solo para hombres.

Existe una trabajadora universal común a todas las culturas a la que quiero rendir en estas páginas, como cada año, un sincero homenaje: elama de casa, representada magistralmente por el maestro Forges en su “viñeta conmemorativa” y en el ejemplo que nos ha dado la abnegada dedicación de nuestras madres. Esa que todo lo hace por amor y no recibe remuneración alguna. Ni siquiera un reconocimiento simbólico del Estado cuando la osteoporosis, la tensión arterial, los nervios o el reuma las impiden seguir ejerciendo.

Podemos afirmar sin equivocarnos que el ama de casa es el sostén de nuestra  sociedad. Es la que siempre apoya cuando todo va bien pero sobretodo la única persona que está ahí cuando todo va mal. Si ellas saliesen a la calle para reivindicar un sueldo justo, no habría dinero en la tierra para pagarlas. Tampoco lo piden. Con el reconocimiento recíproco en forma de amor tienen bastante. Si hicieran una huelga no sólo se paralizaría la sociedad sino que nos moriríamos de pena. No olvidemos que si San José era carpintero María, que yo sepa, era ama de casa y la única que estaba esperando a su hijo a los pies de la cruz cuando este reventaba de dolor hasta su muerte.

¿No sería de justicia que las amas de casa tuvieran una pensión tan siquiera simbólica para redondear una jubilación digna? Un premio Príncipe de Asturias de la concordia o un Nobel de la Paz. Pero ¿habrá mayor premio que el amor de sus hijos?   ¡Benditas sean!

Miguel Marset