China cuenta con los mayores depósitos de tierras raras del mundo. El gigante asiático domina el 80% del suministro mundial de los metales procedentes de las tierras raras necesarios para fabricar ordenadores, paneles solares o coches eléctricos. Minas de “tierras raras” valoradas por sus propiedades magnéticas y conductoras, esenciales para la industria automovilística y numerosos dispositivos electrónicos. Las tierras raras se componen de 17 elementos químicos. Esta condición geopolítica otorga un enorme poder a China para influir también en los fabricantes de diversas tecnologías de rápido crecimiento. Según algunos analistas consultados por The Wall Street Journal, el país asiático extrae el 70% de las tierras raras del mundo.
Un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge en colaboración con otros científicos de Austria han descubierto un método para fabricar los imanes propios de las tierras raras y que son fundamentales en muchas cadenas de montaje. En concreto, han encontraron una forma de hacer tetrataenita, una aleación de hierro y níquel, que podría reemplazar esos imanes y producirse a gran escala añadiendo fósforo. Las propiedades magnéticas son muy similares.
Estos científicos estudian si la tetrataenita podría ser adecuada para imanes de alto rendimiento además de buscar un proceso de fabricación comercialmente viable. De encontrarse una alternativa a la producción de metales procedentes de China, la hegemonía de China quedaría comprometida.