La crisis económica que dejará en España el paso del coronavirus ya ha puesto de relieve la necesidad de que el país ponga en marcha un plan de reindustrialización para impulsar su economía.
Y así debe ser, puesto que el sector industrial es el que mejor resiste los ciclos económicos y tiene una mayor capacidad de resistencia ante las crisis.
Sin embargo, esta necesidad coincide en el tiempo con el cierre de las centrales térmicas españolas, algo que, si bien puede resultar paradójico, es, en realidad, la oportunidad que España necesita.
Porque de lo que se trata es de llevar a cabo un proceso de reindustrialización inteligente, apostando por sectores con futuro, no contaminantes y con potencial en nuestro país.
Energía eólica marina
Durante la última feria sobre energía eólica marina organizada por la asociación europea de energía eólica, Wind Europe, se estipuló que, hasta 2.050, habría que instalar en Europa 450.000 MW de energía eólica offshore: 212.000 MW se instalarían en el mar del Norte, 85.000 MW en el mar Báltico, 83.000 MW en el océano Atlántico y 70.000 MW en el denominado sur de Europa, que incluye todas las aguas territoriales españolas.
En el caso de España, se instalarían 17.000 MW hasta 2050.
Actualmente, España cuenta con 2 aerogeneradores y 10 MW de potencia. Esto significa que España tiene en el sector eólico marino una gran oportunidad para su reindustrialización.
En Sarens, hemos estimado que, para cumplir con estos objetivos, España necesitaría construir en 30 años unos 85 parques eólicos marinos que generen 200 MW de energía cada uno.
Por tanto, el sector eólico puede y debe ser uno de los grandes impulsores de la industria española, y el eólico marino, en particular, representa un enorme potencial debido a la extensa costa española.
Ciertamente, España cuenta con la dificultad de que sus costas son muy profundas, algo que dificulta la instalación de parques eólicos offshore, sin embargo, a medida que la tecnología se vaya perfeccionando, y el proceso de instalación de parques flotantes se vaya generalizando, los parques eólicos marinos en España podrían multiplicarse.
Sector industrial
El desarrollo de la eólica y la eólica marina tendría enormes implicaciones en el sector industrial.
Según el INE, la industria es el sector con mayor número de empresas con 20 o más empleados (8% del total) frente al sector servicios que, si bien es crítico para el PIB español, cuenta con un 84,7% de empresas pequeñas, y casi el 60% de las mismas no cuenta con ningún asalariado.
Esto significa que el sector industrial requiere, por lo general, de grandes masas de trabajadores, con todo lo que ello implica en una situación económica como la actual. Solo en 2018, las energías renovables generaron 80.000 puestos de trabajo en nuestro país, tanto directos, como indirectos.
Las plantas de carbón tendrán que desaparecer del país, pero para que este tipo de cierres industriales, algunas veces inevitables, no traigan consigo una destrucción del tejido productivo, deben ir acompañados de un plan de reestructuración hacia otros sectores con mayor potencial, un proceso que en ocasiones requiere de una elevada inversión inicial.
Sin embargo, en esta ocasión, España cuenta con un fondo de 1.800 millones de euros procedentes de la Comisión Europea para una transición ecológica justa.
La necesidad de reactivar la economía tras la pandemia, coincidiendo con el cierre de las centrales térmica españolas, representa una estupenda oportunidad para poner en marcha un plan de reindustrialización hacia las energías renovables, que no podemos dejar pasar, tanto desde el punto de vista económico, como ecológico.
(*) Kleopatra Kyrimi es directora global de Comunicación y Marketing de Sarens.
.gif)
