Los árboles debieran ser elementos prioritarios en las ciudades

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Son las 10:01 del Martes, 19 de Marzo del 2024.
Los árboles debieran ser elementos prioritarios en las ciudades
Un árbol puede absorber hasta 150 kg de CO2 al año, secuestrar carbono y en consecuencia mitigar el cambio climático.
 
Colocados de manera adecuada en torno a los edificios, los árboles reducen en un 30% el uso del aire acondicionado, importante gasto energético en zonas tropicales.
 
Los espacios verdes logran disminuir la presión arterial, el estrés en las personas y mejoran la salud física y mental, lo que desemboca en el aumento de los niveles de energía, así como el bienestar social, fisiológico y económico de las ciudades.
 
Los árboles son parte importante de nuestro entorno paisajístico y, como sumideros de carbono, juegan un papel crucial en la lucha contra el cambio climático ya que reducen la huella de carbono y nos proveen de oxígeno.
 
Hay una clara tendencia global de urbanización en la que las principales ciudades del mundo están creciendo a gran velocidad.
 
Un crecimiento vinculado a la industria de la construcción y servicios y que está desencadenando un mayor consumo de combustibles fósiles y, por lo tanto, un incremento de la contaminación en las principales ciudades.
 
Campeones de la lucha climática
En este contexto, resulta cada vez más importante el contar con una arborización urbana planificada, con especies óptimas al entorno y adaptadas al tipo de suelo del lugar.
 
Este proceso no solamente contribuye al embellecimiento de las urbes, sino que además protege las fuentes de agua, mejora el clima regulando la temperatura y la velocidad del viento, sirve de hábitat para especies de la fauna silvestre, minimiza el ruido de la circulación y contribuye a la limpieza del aire.
 
En clave climática, los árboles absorben el dióxido de carbono, principal causante del calentamiento global, removiendo y almacenando el carbono a la vez que liberan oxígeno.
 
En este proceso, los árboles limpian el aire actuando como purificadores, absorbiendo óxido de nitrógeno, amoníaco, dióxido de azufre y ozono, devolviendo oxígeno a la atmósfera.
 
Y es que un sólo árbol puede producir suficiente oxígeno para 18 personas, con lo que son responsables de una quinta parte del oxígeno del planeta.
 
Además de ello, estudios han demostrado que los espacios verdes también contribuyen a la disminución de la presión arterial y el estrés, mejorando así nuestra salud física y mental.
 
Por desgracia, Panamá, como muchas otras ciudades, cuenta con una defectuosa distribución de las áreas verdes.
 
Algo que se está intentando remediar a través de acuerdos con los municipios como la firma del convenio marco de cooperación técnica ambiental entre el Ministerio de Ambiente y la Asociación de Municipios de Panamá.
 
Otro ejemplo de esta cooperación lo encontramos en Ocú, donde se está iniciando un acuerdo de cooperación mediante la firma del ‘Pacto Global de alcaldes por el Clima y la Energía’, la mayor alianza mundial de alcaldes comprometidos con la acción climática.
 
El acuerdo prevé un proyecto de fortalecimiento de las capacidades de los municipios para incrementar su resiliencia ante el cambio climático, con el fin de convertir el distrito de Ocú en un modelo de cómo otros municipios pueden reforzar su capacidad de resiliencia y adaptación al cambio climático
 
El actual inevitable proceso de urbanización tiene que estar acompañado de una arbolización de las grandes urbes donde los árboles, imprescindibles campeones de la lucha contra el cambio climático, ocupen un lugar central tanto por su capacidad para mitigar los efectos climático como por su contribución al bienestar físico y mental de todos nosotros.
 
(*) Genoveva Quintero de Cárdenas es Ingeniera Forestal y Doctora en Gestión y Cultura Ambiental. Actualmente trabaja como analista de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente de Panamá.