Por Gloria Serrano Martín
"¡Qué distinta habría sido mi vida si en mi tarjeta pusiera Emilio en vez de Emilia! (Emilia Pardo Bazán)
" Estoy segura de que, si Emilia se hubiera llamado Emilio, si ellas hubieran sido hombres, nosotras no existiríamos. Eso es lo que les debemos, lo que nos han legado, además de la belleza que crearon y la sabiduría que fueron capaces de compartir: la conciencia de que debemos seguir luchando para ser totalmente libres e iguales, por todas las que vienen detrás “(ÁngelesCaso)
Recomendar un ensayo en estos tiempos puede que resulte extraño. Sé que, en general, a la hora de elegir optamos por lecturas ligeras que ayuden a evadirnos de nuestros problemas cotidianos. Pero este ensayo "engancha" y se disfruta por la sencillez, por las anécdotas y curiosidades que cuenta y por el cariño que la autora le ha puesto para darnos a conocer a mujeres extraordinarias, excepcionales que tuvieron que compatibilizar su lucha con las obligaciones femeninas que la sociedad de la época les exigía y que a veces tuvieron que esconderse bajo un seudónimo masculino.
En este libro la autora se centra en los siglos XVIII y XIX: Revolución Francesa, Ilustración, Revolución industrial. Un mundo hecho a la medida del hombre y en el que la mujer no tenía sitio y se le negaba cualquier posibilidad de desarrollar sus capacidades intelectuales o artísticas. Pintoras como Elisabeth Vigée, Rosalía Carrera o Angélica Kauffman, a pesar de que en su tiempo fueron famosas, pasaron al olvido y hoy empiezan a ser valoradas y reconocidas. Tampoco se conoce que gracias a la aportación de Lady Mary Montagu las vacunas llegasen a la población o que en la Revolución francesa Olympe de Gouges redactase una Declaración de Derechos de la mujer y la ciudadana y que la llevaran a la guillotina. Y en el terreno literario se revelan aspectos impactantes de Mary Shelley, Jane Austen, las hermanas Bronte, George Sand o Emilia Pardo Bazán entre otras.
Mujeres que tuvieron que recurrir a la astucia para sobrevivir en un mundo de hombres que no querían perder sus privilegios. Desde Immanuel Kant ("A una mujer con la cabeza llena de griego o que sostiene discusiones sobre mecánica, parece que no le hace falta más que una buena barba") a Rousseau ("Toda la vida de la mujer debe estar sujeta a la restricción más severa y constante que es el decoro"), sin olvidar las perlas que dejaron para la posteridad famosos escritores españoles como Juan Valera ("Los que piden que haya mujeres en las Academias nos parecen movidos por el deseo de vejar a los académicos y de ridiculizar, desorganizar y echar a broma sus juntas, comisiones y trabajos") o Leopoldo Alas, Clarín ("No cabe duda que hay mujeres de mucho talento, pero, sin ofender a nadie, no cabe duda que, en general, comparadas con los hombres, se quedan tamañitas. Lo que son ellas es más guapas. Y no todas, ¡porque hay cada coco! Pero para listos, nosotros" ¡Qué poco conocíamos esa faceta de nuestros ilustres filósofos y escritores!
Como ya hiciera en su anterior obra "Las olvidadas. Mujeres que se rebelaron contra el silencio", Ángeles Caso nos ofrece una obra reivindicativa y rigurosa, dando luz a las vidas de algunas de esas mujeres y animándonos a buscar más información para ponerles cara y nombre. Puedo asegurar que se lee con la amenidad de una novela y que algunos de sus relatos nos dejarán impactados/as. Y no cabe duda que ayuda a contextualizar y en cierto modo cambiar nuestra visión de la historia porque no es posible entender los avances conseguidos en la adquisición de los derechos de la mujer si antes no aprendemos a valorar la lucha que llevaron a cabo quienes nos precedieron. Deben ser reconocidas porque se lo debemos.
VER MÁS ARTÍCULOS SOBRE LIBROS, SERIES Y PELÍCULAS EN EL BLOG DE “GLOSEMAR” (Pincha en el siguiente enlace):