Por Gloria Serrano Martín
"Mantengo los ojos cerrados y los veo mezclarse unos con otros, agruparse a la buena de Dios, conversar con desparpajo, saludarse los que no se conocen como si se conocieran. Son como los actores que, al término de la función, salen al escenario a agradecer los aplausos. Los veo volverse hacia mí. Los veo sonreír. Los veo hacer una pequeña reverencia. Gracias"
(Fragmento de "Ropa de Casa". Ignacio Martínez de Pisón)
El autor de novelas tan interesantes como "Dientes de leche", "La buena reputación", "El día de mañana" o "Castillos de cartón" posa en la fotografía de la portada con su novia como cualquier pareja que pueda aparecer en un álbum familiar de aquellos años. Ese es el estilo que va a dominar en una narración autobiográfica que huye del "ego" y derrocha humildad y honestidad. "La mía ha sido una vida pequeña". Sus vivencias familiares y su relación con el mundo literario se sincronizan con lo que ocurría en la época y va evolucionando en la medida que el país se moderniza y se adapta a los nuevos tiempos.
En la más personal de sus obras, Ignacio Martínez de Pisón convierte a su familia en el punto de partida, una familia conservadora y tradicional con luces y sombras como muchas otras, para después hacer un retrato de la generación que en la adolescencia y juventud vivió los últimos días del franquismo y luego se incorporó a la cultura de la Transición. Con un abuelo carlista, un padre militar y una madre conservadora que tuvo que sacar adelante a sus cinco hijos al enviudar muy joven, su tendencia izquierdista le vino después del intento de golpe de estado en 1981.
Todos sus recuerdos se van a centrar en el Logroño de sus primeros años y después en Zaragoza y Barcelona. En estas dos ciudades empezó a contactar con jóvenes profesores y escritores que en aquellos años protagonizaron una transformación cultural y que ejercerían una gran influencia sobre él. En Barcelona sobre todo comenzó a relacionarse con las editoriales de la capital catalana que entonces dominaban el mundo editorial. Eso le permitió decidirse por ser escritor y vivir exclusivamente de los artículos periódicos y de sus novelas. Hay que recordar que los 80 y los 90 fueron los años dorados del periodismo cultural.
La segunda parte, la más interesante para mí, se centra en su proceso de formación: "Como una revelación, se me hizo evidente que los escritores, seleccionando unas palabras y no otras, combinándolas de una forma y no de otra, podían generar belleza a la manera de lo que hacían los pintores, los escultores o los músicos". Comienza la difícil andadura como escritor y va contando la relación con editores como Herralde y autores de su generación de la talla de, entre otros, Javier Marías, Bernardo Atxaga, Antonio Muñoz Molina, Javier Tomeo, Enrique Vila Matas, sin olvidarse de los amigos de Zaragoza (Labordeta, Melero, Félix Romeo). Las anécdotas que cuenta y los retratos que hace de todos ellos son una delicia, auténticos, pero siempre respetuosos. Es ahí donde el escritor pone a prueba su maestría y él deja un listón bastante alto.
En el último capítulo incluye un relato muy triste sobre unos amigos escritores maños que vivieron en su piso. Era el año 1992, siente que su etapa de juventud ha terminado y pone punto final a unas memorias, que pueden leerse como una novela de evocaciones familiares, como crónica de aprendizaje de un escritor o como anecdotario de modas, hechos y personajes que tuvieron la suerte de vivir una época dorada en la literatura y en el periodismo. Pero dejando siempre patente que él es fruto de su tiempo y de la sociedad que le ha tocado vivir.
Leyendo "Ropa de Casa" sus lectores fieles y aquellos que aún no han tenido la oportunidad de conocerle disfrutarán con todo lo que cuenta y sobre todo con la forma de contarlo, una prosa que, como bien aprendió en su etapa de formación literaria, genera belleza a la manera que pueden hacerlo los pintores, los escultores o los músicos.
Titulo original: Ropa de casa.
Autor: Ignacio Martínez de Pisón.
304 páginas.
Editorial: Seix Barral.
Publicado el 4 de septiembre de 2024
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