Comer bien, también en verano.

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Son las 14:23 del Jueves, 28 de Marzo del 2024.
Comer bien, también en verano.

Mantenerse bien hidratado, tomar alimentos fresquitos como verduras, hortalizas y frutas, dar preferencia a panes y cereales integrales, no olvidarse de las legumbres —riquísimas también en ensaladas—, aprovechar nuestra estancia en zonas costeras para aumentar el consumo de pescados, preservar, más que nunca, la cadena de frío.

 

Diez consejos sanos y saludables

Diez consejos para comer bien, pero saludable, este verano, ofrecidos por la experta nutricionista y Secretaria Científica de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), Rosa García Alcón:

Mantenerse bien hidratado, bebiendo preferentemente agua. El exceso de calor y sudoración propios del verano hacen más fácil sufrir deshidratación, lo que es particularmente peligroso en el caso de los niños y los ancianos. La clave, beber antes de tener sed.

Verduras y hortalizas, dos veces al día. En verano apetecen más los alimentos frescos y en la gastronomía española hay valiosos platos como los gazpachos, salmorejo, pisto o ensaladas, que combinan varias hortalizas y verduras. Es el tiempo de comer estos alimentos que aportan agua, fibra, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y antioxidantes.

La fruta es esencial, al menos tres piezas cada día, ya que, al contener un 80-90% de agua ayuda a hidratarnos y también a mantener las defensas antioxidantes de nuestro organismo. Además, aportan vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, como la vitamina C, los polifenoles y los carotenos. Un buen zumo natural, mejor con toda la pulpa y la fibra de la fruta, puede completar esta ingesta.

Platos llenos de colores. Alimentos vegetales de color rojo, amarillo o naranja, ricos en betacarotenos y otros antioxidantes: zanahorias, calabaza, pimiento rojo, melón, espinacas y berros —verdes por su alto contenido en clorofila, pero también por su contenido en carotenos—… y, para aliñar, aceite de oliva virgen.

Pan y cereales integrales. Los bocadillos o sándwiches son una opción muy saludable para las comidas fuera de casa, en el campo, la playa, la piscina… Y usar pan integral aporta fibra y más vitaminas y minerales que el pan blanco.

No olvidar las legumbres, un alimento altamente recomendable por su alto valor nutritivo y su contenido en fibra. En verano apetecen más en forma de ensalada. Se recomienda consumirlas al menos dos veces por semana.

El pescado es un alimento fundamental en la dieta. En verano hay que aprovechar los pescados azules tradicionales: el bonito, la sardina, el boquerón… que son fuente de ácidos grasos Omega 3 y que conviene consumir al menos dos veces por semana. Los pescados son ricos en proteínas, fósforo y yodo. Es posible tomarlo de forma variada, por ejemplo, un sándwich de atún.

Los helados siempre apetecen con el verano y el calor. Pueden ser una buena fuente de calcio cuando son cremosos. Simplemente conviene vigilar que no sustituyan a la fruta de postre y tomarlos en cantidades moderadas.

Preservar la cadena de frío es necesario durante todo el año, pero en el verano se convierte en imprescindible. Hay que tenerlo en cuenta a la hora de realizar las compras, utilizando bolsas isotérmicas y acortando al máximo el tiempo entre la compra y la llegada a casa. Por supuesto, siempre es preciso extremar la higiene al manipular los alimentos y lavarse las manos frecuentemente.

Alergias e intolerancias. Si se tiene alguna alergia o intolerancia alimentaria, no dudar en pedir la información detallada sobre alérgenos en el establecimiento. Y si se es celíaco, buscar la oferta creciente de productos sin gluten.