Se extrae sangre de las venas del brazo del propio paciente, que se introduce en tubos de ensayo estériles. Con una máquina centrifugadora, que separa los componentes del fluido sanguíneo por sedimentación acelerada, se consigue el plasma (PRP), un líquido donde las plaquetas, descompuestas, liberan las sustancias que almacenan en su interior, especialmente proteínas que van a enriquecer los folículos pilosos en el cuero cabelludo
“Estos factores de crecimiento capilar no solo ayudan a la cicatrización de las mínimas incisiones después de un trasplante, sino que consiguen acelerar el desarrollo del pelo trasplantado, engrosar el pelo preexistente y mejorar el aspecto general del cuero cabelludo y del cabello del paciente, renovando sustancialmente su imagen personal y, de paso, su autoestima”, destaca el doctor Eduardo López Bran, director médico de la Clínica IMEMA de Madrid.
Todos y todas, mujeres y hombres, se pueden beneficiar de este tratamiento dermatológico, que puede detener o retrasar el proceso natural o patológico de la pérdida capilar, incrementar su densidad o incluso revitalizarlo cuando se ha dado ya por perdido: ellos, en la coronilla y en la línea de implantación frontotemporal -entradas-; ellas, primero en la zona de la raya media, que aumentará hasta abarcar toda la zona superior de la cabeza.
La alopecia común se ceba en el 30% de los varones que han cumplido los treinta años de edad, y, a partir de ahí, aumenta un 10% con el paso de cada década; a los cincuenta años, por tanto, padecerán calvicie un 50% de ellos, o un 70% a los setenta años. Las mujeres sufren calvicie entre un 5% y un 10% a esas mismas edades. Esta pérdida de pelo les afecta, principalmente, a nivel estético y psicológico.
Matteo, que conduce una moto, es un magnífico ejemplo para hombres y mujeres. Un año antes de contraer matrimonio con Eva, se realizó dos trasplantes para volver a tener pelo en la parte frontal de su cabeza y en la coronilla, que también blanqueaba. Pese a estar satisfecho con el primer trasplante, no dudó en hacerse otro para obtener una mayor densidad capilar. A sus 37 años no quería salir envejecido en las fotos de su boda.
“Me hice un trasplante porque notaba que perdía más pelo, sobre todo en la coronilla y en la zona de las entradas. Descubrí el trasplante de pelo Artas y me dije… Bueno, voy a intentarlo… El primer trasplante fue muy positivo, pero decidí hacerme otro para mejorar mi imagen. Ahora, me veo estupendo y estoy realmente contento. No hay nada más satisfactorio que quitarme el casco de la moto y removerme el pelo sin tener que mirarme en un espejo, como hacía antes para recolocármelo y peinármelo durante dos o tres minutos en el retrovisor de mi moto. Ni siquiera tengo que usar gomina. El resultado no solo es espectacular, sino muy, muy cómodo”, nos cuenta satisfecho.
Matteo acude con regularidad a la Clínica IMEMA para chequear la evolución de su pelo y, sobre todo, para alimentarlo con proteínas plaquetarias, de su propia sangre. Necesitó cuatro sesiones de PRP por cada trasplante, una al mes, y ahora recibe sesiones de mantenimiento, espaciadas cada tres o cuatro o meses.
“El PRP tiene grandes ventajas para todas las personas, las trasplantadas y las que no; puesto que lo usamos previamente a un trasplante, para fortalecer las unidades foliculares a trasplantar, para mejorar su conservación y crecimiento mientras dura todo el proceso o para mantener la calidad del pelo y evitar o retrasar su pérdida después del trasplante, situación preventiva que también es válida en cualquier hombre o mujer que no se haya realizado o no necesite todavía un trasplante capilar“, explica el Dr. López Bran.
“La trascendencia estética del PRP es tan sencilla de valorar como hacer una comparación con lo que ocurre en la agricultura o la jardinería: una cosecha, las plantas, la hierba o las flores, por ejemplo, serán más y mejores en la medida que se abonen con productos naturales que les ayuden en su desarrollo y crecimiento”, señala.
“De ahí que los especialistas en trasplante capilar insistamos, continuamente, en que es importantísimo el adecuado tratamiento posterior al trasplante: los cuidados personalizados a cada paciente, de los que forman parte el PRP o el rayo láser de baja intensidad, consiguen el mejor resultado posible; es decir, nuevas y vigorosas unidades foliculares donde antes solo existía calvicie”, subraya López Bran.
Es el caso de Matteo, “un triunfador profesional con una imagen acorde a su situación laboral de alto ejecutivo”, añade el también dermatólogo jefe del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid.
Para Matteo, los pinchazos, ya sean de anestesia o los 30, 40 o 50 de PRP de cada visita al especialista capilar, son lo de menos.
“Mi pelo es muy importante para mi seguridad y mi tranquilidad personal. Además, me hace sentir más joven… y si te vas a casar con tu chica, como me pasó a mí el 28 de julio de 2018, es mejor planificar bien el trasplante con tiempo suficiente y mantener su vitalidad antes, durante y después con el mejor abono posible, mi propio plasma sanguíneo; más aún si quieres salir guapo en las fotografías. En mi boda no paré de sonreír… tanto que me dolía la cara de lo feliz que me sentía“, recuerda con orgullo Matteo.
¿Y este plasma sanguíneo, autólogo, es absolutamente seguro para el paciente, para Matteo?: “Sí, pero siempre que el tratamiento anticalvicie con PRP se realice bajo los preceptivos condicionamientos profesionales y sea llevado a cabo por manos expertas, como las de María. La utilización de esta técnica, con plasma autólogo, libera muchísimos factores de crecimiento plaquetario, rico en albúmina, factores de coagulación e inmunoglobulinas, que van a mejorar el estado del cuero cabelludo y el pelo”. Serie de fotografías de David Talles. EFE
Miércoles 18.12.2019 Fuente: Clínica IMEMA | Doctor Eduardo López Bran