¿por qué el páncreas es tan importante?

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Son las 01:18 del Viernes, 26 de Abril del 2024.
¿por qué el páncreas es tan importante?
 
 
“Y si los cánceres pancreáticos se caracterizan por no mostrar síntomas hasta que es demasiado tarde, 80% de casos en tumores sólidos, sucede lo contrario en la incidencia de la pancreatitis aguda, enfermedad que te lleva a las urgencias con un intenso dolor abdominal, tercera causa de ingreso hospitalario”, señala el también presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología.
 
El páncreas es un órgano con forma cónica -cabeza, cuello y cola- que se camufla en la parte media alta de la cavidad abdominal, por encima del revoltijo del aparato digestivo; con la cabeza situada donde se unen el estómago y el duodeno y la cola escondida detrás del estómago, apuntando hacia el bazo, posicionado en la zona de la espalda.
 
¿Por qué es tan importante el páncreas para nuestra salud?
 
“Desempeña dos funciones de gran relevancia en nuestro organismo: por un lado, produce la hormona insulina, la cual vierte a nuestra sangre; y, por otro, genera el jugo pancreático, esencial en la digestión de los alimentos y bebidas”, responde.
 
La insulina se distribuye a las células de nuestro cuerpo a través del riego sanguíneo, lo que permite que estas puedan tomar la glucosa de la sangre para poder nutrirse, obtener energía y fabricar moléculas necesarias para la vida.
 
“Si aumenta el nivel de glucosa en sangre, el páncreas produce más insulina para estabilizar el sistema; si se establece un nivel bajo de azúcar, se inhibe la secreción pancreática con el fin de subir los niveles de la glucosa sanguínea, consiguiéndose así un equilibrio constante, muy necesario”, explica.
 
Órganos muy importantes de nuestro cuerpo como el cerebro y el corazón requieren glucosa para poder funcionar adecuadamente.
 
“Cuando el páncreas se daña y no puede producir insulina, los niveles de glucosa en sangre aumentan, y a partir de cierto nivel de incremento hablamos de diabetes, una enfermedad muy frecuente que manejan los especialistas en endocrinología”, apunta.
 
La otra función importante del páncreas es producir el jugo pancreático, esencial en la digestión de la comida que ingerimos.
 
“Este líquido se produce por las células acinares del páncreas. Su secreción se lleva a cabo a través de un sistema de conductos que acaba desaguando en el duodeno; allí, se mezclará con la comida y digerirá sus componentes más importantes gracias a las proteínas o enzimas que contiene”, resalta.
 
“Cada una de estas enzimas y proteínas está especializada en digerir diferentes componentes de nuestra alimentación; por ejemplo, la lipasa digiere las grasas y la milasa, que hace lo propio con los hidratos de carbono”, detalla.
 
El páncreas “no para de trabajar, sobre todo cuando nos alimentamos”. Tanto es así que el páncreas genera entre 1,5 y 4 litros de jugo cada día.
 
¿Y cómo se relaciona el páncreas con el hígado y la bilis?
 
El páncreas es atravesado por el conducto colédoco (una especie de tubo de bilis), que lleva el líquido secretado por el hígado y almacenado en la vesícula biliar hasta el duodeno, donde se mezcla con el jugo pancreático.
 
“La bilis disuelve las grasas para que puedan ser digeridas y elimina toxinas”, recuerda el Dr. Enrique de Madaria.
 
“Y esto es de suma importancia porque algunas enfermedades del páncreas pueden obstruir el conducto colédoco, de forma que la bilis no puede llegar hasta el duodeno. Se acumula en este conducto impidiendo al cuerpo depurar la bilis”.
 
Como la bilis es de color amarillento, esto puede conllevar que el paciente adquiera un tinte amarillo en su piel y en el blanco de los ojos: ictericia
 
“Es importante subrayar que existen varias causas de ictericia que no tienen que ver con el páncreas, como algunas enfermedades del hígado o de la sangre. Aún así, la ictericia es un síntoma relevante de un mal funcionamiento o patología del páncreas“.
 
Las enfermedades del páncreas, un órgano vital a la vez que misterioso
 
Nos enfrentamos a diferentes tipos de tumores pancreáticos, algunos muy agresivos y otros no tanto; pero todos con un pronóstico heterogéneo.
 
Se diferencian dos grandes clases de tumores de páncreas, los sólidos y los quísticos.
 
“Los tumores sólidos no contienen líquido. Si pudiéramos observar el interior del nódulo distinguiríamos una acumulación de tejido carnoso, duro, que crece con forma esférica”, describe.
 
“Hay varios subtipos, pero más del 90% de los casos son los conocidos como cáncer de páncreas, cuyo nombre médico correcto es el adenocarcinoma ductal, una variedad concreta de tumoración maligna de páncreas”, añade.
 
Los síntomas que da es la presencia de un dolor en la parte alta de la barriga cada vez más fuerte y la pérdida de peso.
 
“En algun@s pacientes, a las dos síntomas anteriores se suma una diabetes, y con frecuencia ictericia, color amarillento de piel al obstruir el tubo de la bilis”, aclara el Dr. de Madaria.
 
páncreas: tumor o cáncer
 
El adenocarcinoma ductal se caracteriza por ser un tumor extremadamente agresivo
“En el 80% de los casos se diagnostica cuando está demasiado extendido para poder curarlo. En el 20% de los casos hay opciones de curación porque aún no se ha extendido fuera del páncreas. La curación en este tipo de casos pasaría por la cirugía”.
 
“El problema es que luchamos contra un tumor que tiene mucha tendencia a reproducirse de nuevo tras la cirugía, con lo que la supervivencia, incluso en los pacientes operados, es baja. Se necesita más investigación para mejorar el pronóstico de este cáncer“.
 
 
páncreas: quiste pancreático.
 
“Un quiste es una especie de esfera acuosa envuelta por una capa de tejido celular. En las pruebas de imagen observaremos una bolsa de líquido dentro del páncreas. A veces, estas bolsas de fluido son más grandes y se desarrollan hacia el exterior del propio páncreas”, comenta.
 
“En el caso de los tumores quísticos, las células malignas se encuentran en las paredes de la bolsa que delimita el líquido”, completa.
 
“Los tumores quísticos son más frecuentes conforme envejecemos, siendo realmente muy, muy comunes en gente mayor”, advierte.
 
Afortunadamente, la gran mayoría de quistes de páncreas son benignos y simplemente hay que efectuar pruebas periódicas para mantenerlos bajo control médico.
 
quiste pancreático.“Los quistes con un aspecto que sugieran malignidad o alta probabilidad de hacerse malos en el futuro se extirpan mediante cirugía. En ocasiones, para saberlo se han de estudiar detenidamente; incluso analizando su líquido interno, cuya muestra se obtiene mediante técnica endoscópica”.
 
En general, hay que transmitir a la población mundial que la mayoría de los quistes de páncreas tienen un excelente pronóstico.
 
Las pancreatitis agudas y crónicas
 
La pancreatitis aguda es, simple y llanamente, la inflamación súbita del páncreas; una afectación que la convierte en la tercera causa de ingreso hospitalario en países como España por enfermedad del aparato digestivo. Situación que viven muchas personas a diario en cualquier lugar del mundo.
 
Esta patología puede aparecer en su forma aguda, repentina, afligiendo al paciente durante unos días, hasta que se controla la inflamación; o en su forma crónica, perdurando años y años con el menoscabo aparejado de la calidad de vida de l@s pacientes y sus familiares.
 
páncreas con inflamación: pancreatitis aguda.
“La pancreatitis aguada produce un dolor muy intenso en la parte alta de la barriga, además de vómitos. El dolor es tan importante que la mayor parte de los pacientes acude a urgencias”, asegura.
 
Las piedras en la vesícula –litiasis biliar– y el consumo de bebidas alcohólicas son las causas más frecuentes que están detrás de una pancreatitis. Fumar es otro factor de riesgo destacable, así como la hipertrigliceridemia (triglicéridos -lípidos- elevados en sangre).
 
“Las piedras en la vesícula causan la pancreatitis al desplazarse desde este pequeño saco biliar: los cálculos -depósitos endurecidos de fluido- avanzan por el conducto de la bilis -colédoco- y atascan la salida del conducto del jugo pancreático, ya que ambos se unen antes de desaguar su contenido al duodeno”, resume.
 
páncreas: colapso por litiasis de la unción de los conductos biliar (colédoco) y del jugo pancreático.
 
“La mayor parte de las pancreatitis agudas tiene un excelente pronóstico, mejorando los pacientes su salud en pocos días, pero en uno de cada tres puede sufrir complicaciones en el páncreas que hagan que la enfermedad sea de más lenta recuperación”, dice.
 
“Se dan casos de necrosis del páncreas, que es la pérdida de vitalidad de áreas específicas del tejido pancreático, y se puede acumular líquido inflamatorio alrededor del páncreas”, ejemplariza.
 
“Raramente, la pancreatitis puede generar fallos orgánicos en el pulmón o bajadas de tensión arterial; dos acontecimientos que podrían poner en peligro la vida del paciente afectado”, alerta.
 
La pancreatitis aguda y sus posibles complicaciones se tratan con medicamentos contra el dolor, dieta restrictiva si el paciente no puede comer y líquidos intravenosos (fluidoterapia, sueroterapia). EFE