Chorrera de las Sierpes

Acepta, si te atreves, esta dosis de naturaleza pura y dura. ¡Bendita adicción! Hay un cachito de “ciclo hidrológico” imperecedero entre helechos y ruscos, que está pidiendo a susurros tu presencia. Sé testigo de este hilo fluido que enhebra el ojo del collado, entre enebros y agujas de pino.

El enclave rememora la ilustración didáctica para niños de un frágil ecosistema: el Bosque Mediterráneo. El agua en estado sólido/hielo, en estado líquido/chorrero, en estado gaseoso/nube y bruma. En plena simbiosis, además, con el estado de gracia.

Nos observa la mirada atenta, casi hipnótica, del tritón. La postura esquiva y solitaria del sapo camuflado bajo el barro. Y aquí yace la placidez supina: es el cadáver de un árbol, atraído mansamente por la madre tierra. ¡Qué tendrá la madera, que hasta podrida huele bien!