Nuestras vidas son las vías...

—Nuestras vidas son las vías que van a dar…

—Creo que no te sabes bien ese poema. No era así. ¿Pero qué pinto yo aquí en esta estación sin tejado, sin tren, sin equipaje?

—Nuestras vidas son las vías que van a dar a estaciones como ésta, donde ya no necesitas tejados, ni trenes, ni equipaje. La verdad es que no necesitas nada, ni siquiera es necesario solicitar audiencia, ni cita previa para alcanzar un destino que en realidad es un comienzo.

—Antes de llegar aquí creo que he visto puentes en ruina por donde nadie transita, que cruzan ríos sin agua, desde los que se ven, sobre altozanos, castillejos sepultados por su propia soledad y decadencia. ¿Acaso he llegado a la Estación de La…? 

—No, no te molestes en pronunciar esa palabra. Aquí nadie la entendería, nadie la recuerda. Después de una eternidad sin escucharla, se ha quedado vacía de significado la palabra “Muerte”